“Vagas claridades y verdes perduran tras la torre de la iglesia. El camino sube , lleno de sombras, de campanillas, de fragancia de hierba, de canciones, de cansancio y de anhelo”. (Juan Ramón Jiménez, Platero y Yo) ¿Cómo dices eso en cine? Puedes leerlo, pero antes tenía que haber estado escrito. El cine y la televisión son productos posteriores a los libros, como éstos son productos posteriores a la palabra hablada. La oralidad, la culpable de todas las mitologías del mundo, tiene su pequeño encanto, sus dimensiones a las cuales, actualmente, una de las maneras de acceder son los libros.
“Yo me acuerdo de niño jugando con mis velas/ sobre los mares de las sábanas y los mapas de goteras./ Su follaje, la noche misma. Un río lo cruzaba/ como inmensa bofetada de luz. (Luis Cardoza y Aragón). Las palabras son un juguete que en manos de un buen escritor sirven para muchas cosas. Por un lado, reinventan al mundo. Con la palabra hablada se puede hacer posible lo imposible y personajes que no han existido nunca comienzan a vivir y su vida se hace eterna. Mueren y resucitan tantas veces como el lector lo quiera. Don quijote anda por ahí en todas las versiones del mundo, lo acompaña Sancho en busca de una ínsula. Julián Sorel puede interrumpir en la tranquilidad de tu casa si se lo pides. Sthephen Dádalus ha introducirte a un mundo literario filosófico o puedes recuperar las formas en que ha pensado el mundo a través de los siglos; y sin embargo, ninguno de ellos han existido nunca.
“Canta oh Diosa, la cólera del Pélida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Orco a muchas almas valerosas de héroes a quienes hizo presa de perros y pasto de aves- cumplíase la voluntad de Júpiter- desde que se separaron disputando el átrida, rey de hombres, el divino aquiles” (La Ilíada, Homero).
La epopeya del hombre se encuentra en los libros. En todas las culturas hay una epopeya que contar porque ahí es donde se encuentra la aspiración humana. ¿Para qué soy? ¿Para qué he sido? Hay libros que te cuentan la historia objetiva del mundo y hay libros que te cuentan la historia subjetiva del mundo. Hay libros que te dan la sabiduría que ha enriquecido a los hombres forjando las grandes culturas y hay libros que sólo delinean la pequeña sabiduría cotidiana.
“Quien goza de buena salud no es real. Lo posee todo salvo el ser. –Que únicamente otorga una salud improbable”. (Ese maldito Yo. E.M. Cioran) ¿Cuáles son las cosas que le puedes pedir a un libro?: Sabiduría, conciencia, historia, fantasía, oración, misticismo, aventura, musicalidad, diversión, entretenimiento, fuga, y otra vez conciencia, etc., etc., etc.
“Por la corte de madri/se pasean dos donsellas: /La una era blanca flor/ y la otra filomena./ Se pasea un cabayero/ con grande alcundía y hasienda/er pretende a Blanca Flor/ sin despreciar a filomena”. (Nota: no son faltas de ortografía son los usos del lenguaje en la edad media, a finales. Cito al romancero viejo y tradicional Pág. l69. Colección sepan cuántos).
El verte a la distancia de los usos da conciencia; como también te la da la cercanía. El hombre está inmerso en su historia donde los cambios de usos y costumbres es lo cotidiano. El lenguaje cambia, el hombre cambia; en los libros puedes recuperar esos cambios que son historia y las formas actuales que son presente.
“–Dile al sargento que te deje ver al coronel. Y cuéntale lo viejo que estoy. Lo poco que valgo. ¿Qué ganancia sacará con matarme? Ninguna ganancia. Al fin y al cabo él debe de tener un alma. Dile que lo haga por la bendita salvación de su alma”. (Diles que no me Maten, Juan Rulfo). “Lo vio salir balanceando el paraguas y golpeando las madreñas, y ella se quedó allí, escuchando el trote del carricoche que conducía a los dos enlutados por caminos empedrados y entre ráfagas de lluvia. Los niños a los que el prior despertó en el monasterio estaban muertos: Martín en México y José Antonio Asesinado”. (La Casa Junto al Río, Elena Garro). Todos los días es el día de un buen libro. El chiste es que le haga un lugar. Tanto que hay que leer y usted tan aburrido. Feliz Día del Libro.
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