En los medios no se deja de perseguir a Paris Hilton y nos enteramos de su fatídica experiencia de pasar unos cuantos días en la cárcel; experiencia, que sin lugar a dudas debe de ser más aterradora que los bombazos en los ductos petroleros, el hambre de los países africanos, la muerte cotidiana en Irak, los nuevos levantamientos en Oaxaca y por eso se gasta tanta tinta en ello. Pero para la enajenación estamos y si no es eso, las relaciones entre el Pato y la Tigresa; y por ahí te enteras, perdidamente, de que Saramago se casa por lo civil en España. ¿Qué pasaría con Milán Kundera? Vaya usted a saberlo. O ¿Qué Hizo Ayer Fernando del Paso? ¿Pintores? ¿Escultores? ¡Ah! Sí, tres esculturas pelean por ser la entrada de Torreón. ¿Danzantes? ¿Músicos? ¿Filósofos? ¿Científicos? ¿La teoría de las cuerdas?
Junto con esta situación, los periódicos se llenan de graduados a todos los niveles; y como una moda más, de preparatoria en adelante, (bueno algunas secundaria y kínderes también) de toga y birrete. En mi tiempo no se acostumbraba. El hábito no hace al monje pero bien que lo viste.
Las cabezas que yacen debajo de esos birretes ¿Qué tipo de información requerirían? A mi mente vino un libro que me costó mucho trabajo leer pero que una vez leído y releído ha sido uno de mis grandes gozos. En él se presentan imágenes de chicos preparatorianos discutiendo sobre las materias que les gustan. Cito:
Pag 231: “La emoción trágica, efectivamente, es una cara que mira en dos direcciones: hacia el terror y hacia la piedad y ambos son fases de ella. Habrás visto que uso la palabra paraliza , quiero decir que la emoción trágica es estática...”.
Me dirán ustedes que nuestros chavos no hablan así; pero ¿Lo de la toga y birrete?
Pag 233: “El hablar de esas cosas y el tratar de comprender su naturaleza y, una vez comprendida, el tratar lentamente, humildemente, constantemente de expresar, de exprimir de nuevo, de la tierra grosera o de lo que la tierra produce, de la forma, del sonido y del color (que son las puertas de la cárcel del alma) una imagen de la belleza que hemos llegado a comprender: eso es el arte”.
Pag 233: “Arte -dijo Esteban- es la adaptación por el hombre de la materia sensible o inteligible para un fin estético”
En nuestro mundo que se desmorona por la temible relación dialéctica de nuestros gobernantes, por la falta de unificación de sentidos, por la corrupción que yace a todos los niveles, es imposible que uno de esos graduados hable de esta manera:
Pag 240: “La luminosidad a la que se refiere Santo Tomás, es lo que la escolástica llama quidditas la esencia del ser. Esta suprema cualidad es sentida por el artista en el momento en que la imagen estética es concedida de su imaginación”.
Por lo menos sus hijos, en la sobremesa, si es que hay sobremesa, no hablan de sus temas escolares de esta forma ni estando en la Pereyra o en la Ibero. (El alumno en cuestión es de un colegio de Jesuitas).
Pag 241: “Si tienes esto presente, comprenderás que el arte tiene necesariamente que dividirse en tres formas que van progresando de una en una. Estas formas son: la lírica, la forma en la cual el artista presenta la imagen en inmediata relación consigo mismo; la épica, en la cual presenta la imagen como relación mediata entre él mismo y los demás; y dramática, en la cual presenta la imagen en relación inmediata con los demás”.
Claro que no todos los chavos quieren ser artistas, (y válganos Dios que los padres de familia lo toleren en sus hijos). Eso me trae a la memoria otro libro que no habla de artistas, sino de comerciantes, industriales, administradores: “La Rebelión de Atlas” de Ayn Ryan, que también escribió “El Manantial” que trata sobre un arquitecto que no llegó a graduarse y sin embargo fue uno de los grandes hitos de la arquitectura del Siglo XX. (Wright es el apeído, Frank el primer nombre el segundo no sé cómo se escribe ¿Loyd?).
Rematemos con el estudiante imaginario:
Pag 243: “El artista como el Dios de la creación, permanece dentro o detrás o más allá, o por encima de su obra, trasfundido evaporado de la existencia... indiferente... entretenido en arreglarse las uñas”.
Ya habrán descubierto de quién se trata, sobre todo por aquellas buenas clases de literatura que han de haber tenido en sus escuelas. Sin clases de literatura o cultura general, es imposible el birrete y la toga. Como tengo que citar, la fuente para no cometer pecado de plagio, cito: Joyce, James, “Retrato del Artista Adolescente”, Promexa, México. 1979.
La labor de las instituciones culturales debería de impactar en los medios comerciales, exigiendo subir el nivel de calidad de información. La realidad que se me presenta es otra: las tres estaciones de radio, supuestamente culturales o universitarias, que existen en Torreón, están medio contaminadas del mismo mal que las demás estaciones; buscan raiting y no, ser el antídoto de lo que ofrecen los otros. Eso será tema de otro artículo.
¿Qué es cultura? La primera pregunta a despejar de una institución cultural.
JOLHE