En medio de este desierto, mi ciudad no es chinampa en un valle escondido ni nada que se le parezca, como cantaba a la suya Guadalupe Trigo; sin embargo, la ciudad se va haciendo todos los días, y en este ir haciendo han ido participando los diferentes grupos que participan en ella, para bien y para mal. No todos quieren la misma ciudad; algunos se conforman con lo que han recibido y no son capaces de agregarle una piedra. Otros la destruyen. Otros la usan para sus intereses comerciales. Para otros sólo es pretexto para afrentar sus propias empresas, para comerciar. Imagínense a la ciudad vestida de noche por la avenida Morelos con un cigarrillo en la boca como aquellas imágenes de la mujer del puerto, dedicándose al oficio más viejo del mundo.
La ciudad puede verse con ojos egoístas sólo para mí, sólo para mí; o se puede tener una visión comunitaria. Se puede tener una actitud liberal con ella, dejar hacer, dejar pasar; o se pueden poner manos a la obra y decir entonces , vamos a hacer a la ciudad que todos los ciudadanos merecemos y más que nada, aquéllos que antes que nosotros vinieron y en cien años de una estación de ferrocarril (sí, perdona Eppen que en estas fiestas hayas sido el gran olvidado) pudieron construir la ciudad de la que disfrutamos ahora.
En la semana se dio la polémica de si construimos parques o si construimos puentes al por mayor para acelerar la vida comercial y económica de la región. Algunos tildan a los parques, a las áreas verdes o a los monumentos, de obras de lujo que no nos podemos dar. Sin embargo son importantísimos los puentes para que la actividad comercial e industrial se desarrolle.
Quien piensa que los parques no son importantes, seguramente en su casa disfrutará de un gran jardín y tendrá a su disposición algún centro deportivo con campo de golf o ya de por si estará viviendo en alguno de esos conjuntos habitacionales antesalas del paraíso. En esas condiciones, los parques de una ciudad no son necesarios. Sus niños, los niños de estos hombres de negocios, tienen satisfechas sus necesidades recreativas que todo niño normal debe de tener; sin embargo, el 90 por ciento o más de los otros niños de la ciudad, no es tan sencillo que tengan áreas de este tipo donde puedan convivir con sus padres por lo menos los fines de semana. La Alameda, el Bosque, el Parque de las Etnias y los Fundadores, resultan insuficientes y sobre todo con miras a un futuro cercano. ¿Cómo quieres combatir al crimen y a la drogadicción, si hacinas en lugares insalubres a las gentes y les das pocas opciones de un desenvolvimiento sano? Llega un momento dado en que la gente, al darse cuenta de esto se dirá, si a la ciudad no le importó, porque le voy a importar a la ciudad. El parque propuesto está al lado del Parque de las Etnias, por el aeropuerto; cuando hacia el sur oriente de la ciudad están surgiendo muchas colonias y ni un triste parque que les dé servicio. ¿Los que planean las cosas no tienen mapas de Torreón o qué?
Segundo punto del problema. Nuestro centro sigue estando en artículo mortis. La demagogia no va a lograr su rescate. Nadie invierte en el centro porque sólo interesa los pesos y centavos que fácilmente puedan ganarse. La plaza se defiende porque la han llenado de eloteros, tacos de tifoidea, hot dog para la diarrea y demás. Los negocios son de unos cuantos, la ciudad es de todos. Aunque dijera el poeta: ande yo caliente y ríase la gente; una ciudad como la de Torreón se hizo entre todos y para todos.
La gente tiene que sobrevivir pero para eso se pacta. No por los berrinches de los camioneros, o los ambulantes, o los empresarios de poca visión y nuestros políticos que tanto hablan y hacen poco, la ciudad se va a ir al traste, como que quiere y no quiere, como que arranca y no arranca. Es necesario hacer algo y hacerlo ya. Si todavía no se ponen de acuerdo, qué nos puede esperar.
Mi ciudad no es chinampa en un valle escondido; tolvaneras que espantan si no estás prevenido; falta amor que rescate su fama perdida, de limpieza y empuje, de vida, al futuro enfrentar la pasión. Con tesón rescatar la ciudad tan herida, los locales del centro vacíos. Devolver dignidad a Torreón. (Perdón a Guadalupe Trigo por parodiar la letra de su canción) Tan, tan.
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