¿De qué depende la obra de arte? ¿Del material? ¿De la interpretación de la realidad? ¿De la concepción? Uno no sabe responderse del todo estas cosas. De repente a uno le dicen que algo es arte y de repente ese algo que es arte, como si a la ciudad le sobraran este tipo de obras, se convierte en chatarra; o la gente, más bien los burócratas, no saben qué hacer con ellos y la dan una utilidad práctica acudiendo al kilo.
¿Protestará alguien por ello? Vaya usted a saber. Los mismos escultores o artistas plásticos, quienes tendrían que defender este tipo de obra, a lo mejor no están muy convencidos que unos tubos en medio del desierto representen una idea original en este páramo donde hacen falta ideas originales.
¿Se acuerdan de la cabezota de Morelos? Ésa no fue a la chatarra sino que la pusieron por allá por el cerro por no encontrarle otro mejor lugar.
Una de las historias oscuras de esta bendita ciudad son unas estatuas que estaban en la avenida Morelos y que fueron mandadas quitar porque ofendían a la moral.
De este tipo de historias tétricas podríamos seguir refiriéndonos a otros casos como la casa que estaba sobre la Colón que fue convertida en un edificio de dos pisos tan común y tan corriente.
Seguimos hablando de esculturas; un aspecto positivo es proteger las que se encontraban en la Plaza de Armas y reemplazarlas por unas réplicas. Las originales están en el centro Pablo C. Moreno; por lo menos ésa es la noticia que yo tenía, esperemos que siga siendo así.
Uno de los rescates más espectaculares fue el del Teatro Martínez que ya había sido convertido en cine de tercera. También se ha rescatado del Cine Nazas que de ser el principal cine de nuestra ciudad en sus últimos tiempos estuvo destinado al cine erótico.
Habremos de rezar un réquiem por el Cine Princesa y el Cine Modelo. (Chatarra , chatarra y más chatarra como el Cine Torreón) Cien años de la ciudad, ahora estamos en los plenos cien años de la ciudad sin saber a ciencia cierta de qué forma nuestra ciudad se verá revestida. Los burócratas parecen no darse mucha prisa en ello y han dicho con calma, espérenme, la sorpresota que les tengo, no se adelanten.
El pensador de la fuente de la Alameda Zaragoza espera con calma mirando hacia la avenida Morelos en donde yacían las estatuas morbosas que me imagino también fueron a dar al kilo porque a nadie se le ha ocurrido rescatarlas. El pensador dice; esta Alameda y el Estadio de la Revolución y el Bosque Venustiano Carranza se hicieron en otros tiempos, tal vez cuando cumplimos menos años pero han dado tanta dignidad y tanta utilidad a la ciudad que son hoy por hoy parte de nuestra idiosincrasia. Con esta varita serán medidos por eso piénsala bien.
El Cristo del Cerro de las Noas puntualiza; para hacer este tipo de obras sólo hace falta el proponérselo y una labor constante que aunque lleve años es capaz de cambiar la fisonomía de nuestra ciudad e impactar en la historia.
Ahí están otras estatuas como el Quijote, o el viñador, o el Einstein que fueron conseguidos en otros trienios en donde se tenía una visión de lo que esta ciudad requería. (Gracias don Homero) Cuando se tienen ganas de hacer las cosas no se dice espérenme sino se dice vamos a hacer esto y esto otro, con ayuda o sin ayuda, con millones o sin millones.
Uno puede esperar lo que la demagogia quiera; quien no lo hace es la historia, ella es la que dice, date prisa chiquitito. Lo que debes de superar es lo que otros en tiempos pasados han conseguido. Esta ciudad desde un principio soñó a ser grande. Necesitamos que nuestros burócratas se pongan a esta altura. Es triste el panorama cuando uno se da cuenta de que las cabezas no se ponen de acuerdo; se comienza a añorar los tiempos de don Nazario.
Estamos en Pascua, es cuando la fe se renueva y nuestra fe se debe de renovar. Se hacen cosas, si se hacen cosas, mal o bien se hacen cosas y se dice que se harán más, se harán más. Hay que esperar.