Lo que resultó de los Oscares fue la generación de uno de los tantos escándalos periodísticos que venden ejemplares y que nada tienen que ver con el arte. González Iñárritu versus Guillermo Arriaga. ¿De quién es el hijo? Uno de los tantos dilemas creativos tan difícil de resolver como aquél de qué fue primero el huevo o la gallina.
No es la primera vez que pasa, ya antes, este mismo dilema acabó con matrimonios, el de Laura Esquivel Versus Alfonso Arau; se puso ?Como Agua para Chocolate?. Cuando la fama te llega y no te encuentras bien plantado en tus pies, suceden estas cosas; la vanidad y la codicia son malas consejeras, pero de que venden, venden.
Hemos de decir que pocos aguantan el ramalazo y permanecen en la unión a pesar de los avatares. Otra pareja, El ?Indio? Fernández con Mauricio Magdaleno; aquí se colaba un tercero, para el colmo del triángulo creativo, el fotógrafo Gabriel Figueroa quienes dieron la imagen externa de México en los años cuarentas y cincuentas; es más, hasta en los sesentas y setentas.
Estamos más acostumbrados a las parejas directos fotógrafo como la de Alejandro Jodorowsky y Rafael Corkidi, Sergei Eisenstein Eduard Tissé; más raras nos parecen las parejas de actores directores como Mastroiani Fellini, o Fellini Guilleta Masina.
El problema del cine es que es un arte comunitario. No podemos decir que exista un solo creador. Si en la literatura se habla de la obra abierta (léase a Eco) tratando de demostrar que hay tantas novelas como lectores existen, ya que cada lector, al interpretar la obra, obtiene una versión diferente de lo escrito. En el teatro, la versión del dramaturgo pasa por el tamiz del director y la interpretación del actor. En el cine, el proceso es más largo; la historia original la transforma el guionista (quien desarrolla el guión técnico. Nota, si tiene un hijo que estudia comunicación que le explique esto) de la versión del guión técnico, el director hace su propia versión y aún más, esa versión es interpretada por el punto de vista del fotógrafo que después va a pasar a la estructura que le dé el editor en la sala de montaje. Para colmo de males, la última versión pasa por la censura que tiene toda la autorización legal de hacer cortes. ¿De quién fue el hijo?
Tradicionalmente, la paternidad de la obra se le da al director, pues supuestamente él decide los últimos detalles de todo. (En teatro, por lo general el director pasa a segundo término). En la historia del cine conocemos a todo tipo de directores; aquél que destroza la obra literaria, y aquél que se limita a poner en imagen lo que ha leído; caso Harry Potter y Cristóforo Colombo (quien hasta en su nombre es el más común de los lugares. Miren que llamarse ¡Cristóbal Colón!). Hay obras literarias, que por el demasiado respeto que se le tienen, se echan a perder cuando llegan a la pantalla grande; son eso, demasiado literarias y poco cinematográficas. Ese sabor de boca me han quedado de las adaptaciones de algunos cuentos de Juan Rulfo (diles que no me maten).
Como en todo, esta relación conflictiva se presta para ciertas trampas. Después de que el escritor desarrolla una historia, al guionista, al director o al productor (que este bicho raro es el demonio detrás de todos) se le antoja un cambio mínimo o más grande, (ejemplo que en lugar de que se llame Pedro, se llame Juan. O que en lugar de ir a Acapulco se vayan a Cuernavaca y que se les ponche una llanta). Ya por esto, se vuelven coguionistas. En música, un intérprete, le puede pedir a un compositor novel que cambie una estrofa o un verso de su canción, nada más para aparecer en créditos y cobrar regalías, por si acaso llega a triunfar la canción. Si no, no les graban.
Gajes del oficio, así se estila en el medio. Aquí ya no se trata de un proceso creativo que se genera entre varios genios. Aquí simplemente son los intereses de los vivos que se aprovechan de los tontos; por eso nuestra industria musical anda por la calle de la amargura. Como le llaman ahora a esto, ?La industria cultural?.
De Babel podría hablarse en otros términos; la estructura de la historia, de las relaciones entre mexicanos y japoneses con los iraníes de por medio: de la visión del mexicano vistos por los propios mexicanos. (Aún no he visto la película pero como me la cuentan). Ese tipo de cosas y no de que si tú la traes y yo te la pego.
(Otro Rollo es Equus, obra teatral de los 70?s y la imagen del niño actor).
JOLHE.