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Ensayo sobre la cultura

José Luis Herrera Arce

Música

La tecnología es maravillosa. Un pequeño aparato que puedes guardar en el bolsillo, suple a todas las antiguas discotecas que nuestros abuelos se apreciaban de tener. Aquellos acetatos que limpiaban cuidadosamente para que no fueran a rayarse ya no existen. La industria los ha remplazado, las 76 revoluciones, por los 45, los L.P. los casetes y los compac disc, ahora se habla del mp3 y los Ipods, qué maravilla tanto como el descubrimiento del fuego en las primeras épocas de la civilización.

Yo he tenido mala suerte con la música porque innumerables veces he comenzado mis colecciones y por alguna razón u otra se me han perdido. Tenía una buena colección de comedias musicales en long play que traté de rehacer en casetes y que ya en CD no tengo. Ahora con la tecnología a lo mejor puedo bajar algunas cosas.

Las posibilidades dejémosla por la paz. Hoy existen todas las posibilidades del mundo de tener la música de tu preferencia. Según la manera de pensar del mundo libre capitalista se trata nada más de elegir de toda la basta extensión que se produce en el mundo. Es un embrollo con eso de los derechos de autor, pero la obra de arte, como siempre, está a disposición del público.

Elegir, ese es el problema. Elegir. Para hacerlo hay que conocer. Por lo general se elige de lo que se conoce.

Esta es la otra cara de la moneda, el conocimiento. La pregunta más importante a resolver es ¿de dónde, las nuevas generaciones, van a conocer los géneros musicales que ya no son comerciales en este momento? Lo obvio a la pregunta es que esto podría generarse sobre todo en tres partes: la casa, la escuela, los medios.

Si en casa no hay quien tenga el buen tino de escuchar la llamada música que ya se fue, el sistema educativo escolar no creo que tenga metodologías apropiadas para generar el gusto por los grandes producciones de la historia. Los medios, ya sabemos que los medios venden el úsese y deséchese; así que por ese lado no hay que tenerle mucha confianza.

Los muchachitos por todas partes andan con sus audífonos canturreando su música. Como que el aparato ha venido a magnificar la necesidad de estar escuchando música en todo momento y en todas partes. Chida esta pasión musical por la música; las preguntas que obviamente se desprendes es si profundizan en ella en cualquiera de sus aspectos, saben leer un pentagrama, tocan bien un instrumento musical, conocen el desarrollo de las formas, las influencias, los hitos, lo que se puede lograr con una orquesta sinfónica, una guitarra acústica o una guitarra eléctrica.

Uno como maestro batalla a diario con sus alumnos para que se quiten los audífonos de las orejas. Sospecho que esos audífonos, más que ser un tecnología moderna que les sirva de acceso a las maravillas musicales, es algo que los aísla del mundo cotidiano. Quien hace trabajo doméstico sabe que pone música para no sentirse solo y hacer más agradable el trabajo. Haciendo un trabajo físico puede distraer la mente. Los chicos y chicas van a la escuela a estudiar, bueno ese se supone. Los aparatitos esos son un distractor. La música que escuchan luchan por la atención del joven y esa atención se la debe de quitar a la explicación de matemáticas o de historia.

La otra opción es que se queden escuchando música en su casa.

Las nuevas tecnologías van generando campo de estudio a todos esos investigadores que se interesan por resolver los grandes dilemas del mundo contemporáneo. Este gran adelanto tecnológico que impacto va a tener en la vida de los jóvenes que ven cada día más fácil escapar de la realidad para envolverse en un ambiente lúdico donde lo importante es el engaño de los sentimientos. La vida no se resuelve con los sentimientos, se hacen necesarios los conocimientos.

Aparentemente la tecnología acerca los conocimientos.

Pero así como los aparatitos esos no son el puente para las máximas obras musicales, tampoco lo son para ninguna otra materia. ( ya todo mundo sabe que los trabajos se hacen con el copiar y pegar sin que haya necesidad de leer y comprender).

Hay que tener cuidado. La tecnología puede convertirse en enemigo del hombre. El chatear con el desconocido del otro lado de la computadora, el aislarse del mundo por medio de unos audífonos puede ser malo para la salud sicológica. Los celulares y todas estas cosas pueden convertirse en fetiches. Una tecnología desarrollada por gente inteligente, puede producir gente estúpida.

Por lo menos, evite que sus hijos lleven esos aparatos a la escuela. En realidad le están diciendo que no quieren ir a estudiar.

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