LAS POSADAS Y NAVIDAD
Las tradiciones tienen sus sentidos en cuanto que significan etapas cíclicas que dan sentido a la vida de los hombres. Por lo general van ligadas a las ocupaciones humanas que nos dan la subsistencia como lo es la agricultura. Las tradiciones religiosas son una manera de dar sentido a la existencia; encontrar el sentido de la vida en el sentido de la muerte, o conectar esta vida concreta a una forma de vida que suponemos eterna.
La conciencia del hombre le hace saber que vive y preguntarse sobre el sentido de la vida. La tradición religiosa es la manera de dar las primeras respuestas. Vives para la salvación, o vives para la vida eterna y hay salvación o vida eterna debido a determinados acontecimientos que tu fe te dice que fueron reales.
Cada año tenemos un recordatorio de lo que para el creyente es la vida. Cada año, se vuelve a conmemorar los hechos importantes que nos llenan de razón de ser y de existir. Los ciclos se repiten, la esperanza comienza con el nacimiento y la esperanza parece reafirmarse con la muerte y la resurrección.
En el renacimiento, la actividad misionera de la iglesia, sobre todo en América, desarrolló modos de llevar a cabo su función utilizando algunas técnicas para que los pueblos pudieran comprender en que consistían los misterios. (son misterios porque algunas veces se alejan de la lógica) Apoyados en el teatro, se representaban en los atrios de las iglesias los acontecimientos para que la gente los observara. De aquellas representaciones quedan dos fechas importantes, las posadas que culminan en la Navidad y el vía crucis de semana santa.
En el caso de las posadas es un novenario. Durante nueve días se recuerda cuando José y María tuvieron que ir a Belén donde nace Jesús, según la tradición, en un pesebre.
La finalidad del novenario es la comprensión del misterio, y si no la comprensión, por lo menos queda en una devoción que fundamenta nuestras esperanzas en lo que concluirá en semana Santa y el domingo de gloria. Todas las religiones tienen principios similares o fiestas similares y todas las religiones, lo mínimo que piden es respeto a sus creencias.
Cuando yo cursaba la secundaria en la Pereyra, hicimos una campaña para estas fechas y pegábamos unos engomados con una leyenda que aún recuerdo: “Navidad sin cristo no es navidad”.
Si lo queremos ver de otra manera: la navidad la inventaron los cristianos. Aunque existan dudas sobre la fecha en que nació cristo, el novenario, o la conmemoración del hecho, es parte del ritual o la liturgia. Es parte de esta actividad misionera que aún se sigue dando.
Hemos vulgarizado la fiesta olvidándonos de lo que se representa. (Pensar en un Dios que se hace niño para nacer en un pesebre, es medir la magnificencia del hecho) La posada la hemos convertido en una fiesta más donde la banda fulana te ofrecen los nuevos ritmos para bailar, gozarla y emborracharte. Al consumismo no le importa si es o no novenario, simplemente es el pretexto para vender. Puede faltar el Belén, hasta el niño Dios, puede faltar todo lo que fundamenta la palabra posada con tal de que prevalezca el pretexto para hacer la pachanga.
Son las fiestas decembrinas, las fiestas de fin de año, las fiestas del amor y la amistad, hasta podríamos recuperar las fiestas dionisiacas (donde mujeres quienes las representaban).
Los valores se van perdiendo con estas actitudes. (Insisto, ¿hasta donde tienen derecho los medios de agredir las tradiciones de los pueblos?. No todo se hace para vender).
Por otro lado, con las posadas y la Navidad se intenta recuperar el espíritu fraterno del ser humano. Es el momento culminante del año, seas creyente o no, donde la familia se reúne. En los regalos está el sentido de dar, de darte, que debería de prevalecer durante todo el año. Es cuando la mesa se comparte y se llena de los mejores alimentos. Es cuando sabes que no vives solo, que dependes de los demás y que los demás dependen de ti. Es cuando todos vuelven al origen, la casa paterna y te narran de sus conquistas y fracasos. Es la fiesta de la humanidad.
Insisto, Navidad sin cristo y sin los otros, no es Navidad. Jolhe.