ENSAYO SOBRE LA CULTURA
José Luis Herrera Arce
Y dónde está el líder
Algunos pensadores como Gransci y Toynbee piensa que toda sociedad que va en crecimiento tiene sus liderazgos; o sea , aquellas personas capaces de aportar soluciones a los problemas de la humanidad y establecer metas o por lo menos proponer utopías a los que la sociedad pueda aspirar. Entonces funciona la mimesis, el pueblo común y corriente, entusiasmado por las ideas, emularán a aquellos que los convencen para conseguir la sociedad propuesta, en donde se da por supuesto que se obtiene la felicidad.
A estas personas que proponen se les pueda dar muchos nombres , unos que gustan y otros que no. Algunos simplemente les llama líderes, otros les llaman intelectuales. Como quiera que se les llamen, hacen falta, sobre todo hacen falta en tiempos revueltos, cuando los problemas sociales padecen no tener más solución que los totalitarismos o irnos acostumbrando a que cada vez hay menos posibilidades de sobrevivir.
La mimesis, para mi gusto, también puede funcionar en forma negativa. En lugar de que exista la proposición positiva para la sociedad, existe aquella que lo único que logra es degenerar a las civilizaciones y que se basa en la ley del menor esfuerzo o en el delito. En esta época del tener, lo que se trata es de tener a toda costa sin importar como. La máxima que todos siguen es la explicación de que los productos que se nos ofrecen como culturales sean cada vez de menor calidad y que estén muy lejos aquellos tiempos en que las letras de las canciones importaban o que los cantantes tuvieran voz y fueran afinados o desarrollar los géneros musicales a su máxima expresión, o.... Basta de sueños.
Lo que imitamos es la apariencia. Aparentamos ser músicos sin saber leer las notas musicales o haber pisado un conservatorio ¿Para qué? Los charlatanes nos rodean. Volvemos a querer vivir en el pasado porque hemos reinventado al chaman , a la cartomanciana que busca estúpidos para sacarles el billete con eso de que el futuro se puede leer, que los rituales mágicos te resuelven la vida y que proliferan los números telefónicos donde se estafan incautos que al parecer es el negocio del momento.
Las leyes son incapaces de detener este alud de decadencia puesto que el legislador mismo está a la expectativa del que paga manda. Muchas problemas de nuestra sociedad podrían remediarse con las leyes; y sin embargo, nuestro poder legislativo es un laberinto de intereses que en lugar de beneficios sigue fortaleciendo los males nacionales. (léanse declaraciones de Creel) La piratería se podría combatir con leyes, lo mismo la baja calidad de la comunicación masiva.
Ahora no hay quien por los caminos legales pueda sobrevivir las situaciones cotidianas. La mimesis nos ha hecho corruptos a todos ¿Usted no? Lo felicito. Dejamos que los días pasen sin que pase nada. Hablamos quedito para que nadie se enoje y las consecuencias, el desencanto y cuando hay desencanto la sociedad se corrompe.
A esto iba: 100 años. Queda mayo, junio, julio y agosto; cuatro tristes meses sin que se vea claro a fin de cuentas que fueron estos cien años que festejaríamos con bombo y platillo haciendo de nuestra ciudad una mejor ciudad; sobre todo una ciudad para este pueblo que se mueve en ella todos los días y que la hace vivir y que quiere algo más que inauguración de obras a medio terminar.
Ni modo de decirle a la iniciativa privada que aporte su parte cuando la autoridad ha hecho poco y mal. (¿Mucho?) No se ve claro. A estas alturas no se ve claro. La demagogia puede ser muy bonitas igual que las disculpas, o la culpa que siempre tiene el otro.
En otros tiempos, conseguir alguna que otra escultura para la ciudad no dependía de los millones que pudieran ofrecer los gobiernos, dependía de que alguien pidiera y el otro diera. Por eso tenemos al quijote, al viñador, la cabeza de Einstein, la sor Juana a la entrada de Torreón Jardín. Fue la forma en que se reconstruyó la biblioteca municipal y se remodeló la cruz roja. Alguien pide, alguien da. Alguien propone, el pueblo dispone todos se contagian de la emoción de hacer una ciudad próspera.
Mi orgullo ciudadano se componme de los pequeños acontecimientos que a lo largo de la historia se acumulan. Si mi vecino barre su banqueta por mimesis yo barro la mía. Si mi vecino deja la basura tirada yo porque no le he de tirar. Si mi vecino roba, yo robo. Si mi vecino defrauda, defraudo.
Pues entonces, hay que vender elotes en la plaza y mantener el chiquero citadino. ¿Nadie que ofrezca una solución a la falta de empleos en la comarca? Haz obras compadre.
Jolhe