Cientos de personas, incluyendo a la primera ministra Helen Clark, asistieron al funeral de una mujer que pereció porque le cortaron la electricidad.
Folole Muliaga, una mujer de 44 años que necesitaba un alimentador de oxígeno para respirar, murió dos horas después de que la compañía eléctrica le quitara la luz por no haber pagado la cuenta de 122 dólares.
Su muerte ha causado indignación nacional contra la empresa Mercury Energy. Clark prometió el martes fortalecer las regulaciones que protejan a los ancianos y los más vulnerables.
Muliaga, una profesora con cuatro hijos -de 5 a los 20 años-, llevaba sin trabajar desde febrero por una enfermedad y se estaba quedando atrasada con los pagos a Mercury, dijo una familiar, Brenden Sheehan.
Seis días antes de que un empleado de Mercury Energy se presentara en el hogar de Muliaga para cortarle la electricidad, el pago era de 122 dólares, dijo Sheehan mostrando la cuenta.
Sheehan dijo que tanto Muliaga como su hijo le dijeron al técnico que su vida dependía de la electricidad que opera el alimentador de oxígeno. Lo invitaron a la casa para verlo. "Luego cortó la electricidad", dijo Sheehan a The Associated Press.
El féretro de la profesora fue llevado a una iglesia de Auckland, escoltado por su esposo y cuatro hijos. También asistieron al funeral ejecutivos de Mercury.
Los ejecutivos fueron a la casa de Muliaga pasado para ofrecer su pésame a la familia, que agradeció el gesto, no obstante, sigue responsabilizando a Mercury Energy por la muerte de Muliaga, dijo Sheehan.
La empresa estatal ha insistido en que no sabía de la situación de salud de Muliaga.