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Entre atentados, derrotas y una victoria, concluye el PRI 2006

El líder nacional del tricolor, Mariano Palacios Alcocer, reconoció que este año fue malo para su partido.

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México, DF.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI) concluyó este año con saldo negativo: ubicado como la tercera fuerza política, sin recursos económicos y con bajas sensibles en sus filas de personajes reconocidos.

Sin embargo, con sus 12 millones de votos el PRI hizo honor a su nombre institucional y aceptó su derrota, 24 horas después de la elección del dos de julio, y reconoció la victoria del hoy presidente Felipe Calderón Hinojosa.

El tres de julio, en un breve discurso, el entonces candidato de la Alianza por México, Roberto Madrazo Pintado, fijó la conducta a seguir: ?no somos afines a regatear en los tribunales lo que no ganamos en las urnas?.

El líder nacional de ese partido, Mariano Palacios Alcocer, reconoció que este año fue malo para su partido, pero también para el sistema democrático, porque se vivió una regresión electoral, ?no fue el ambiente con el que el PRI entregó el país hace seis años?.

En estos meses, el PRI aplicó también la guillotina contra quienes lo traicionaron y apoyaron a otros partidos políticos en procesos electorales, como la lideresa del magisterio Elba Esther Gordillo Morales y el ex gobernador de Chiapas Roberto Albores Guillén, quienes fueron expulsados de sus filas.

Sin embargo, también se dio un importante número de deserciones de priistas, como Roberto Campa Cifrián, quien se unió a las filas del partido magisterial Nueva Alianza, y el director de la Lotería Nacional, Tomás Ruiz, quien hoy dirige ese mismo partido.

También el ex gobernador de Oaxaca Diódoro Carrasco, quien se unió al Partido Acción Nacional (PAN); Juan Sabines, actual mandatario de Chiapas por el PRD; el ex dirigente nacional del PRI, Genaro Borrego Estrada y Rafael Ochoa Guzmán, líder magisterial.

Además abandonaron el partido los ex diputados Homero Díaz, Guillermo Aréchiga, Jorge Ibáñez Montes, Víctor Manuel Gandarilla, Evelia Sandoval y el ex secretario del sindicato del IMSS, Roberto Vega Galina, entre otros.

El PRI siguió con las secuelas financieras de la multa del llamado ?Pemexgate? y del costoso proceso interno, que lo obligó a hipotecar su sede nacional y a arrastrar deudas con diversos proveedores, e incluso atrasos en el pago telefónico y de impuestos.

No obstante, Palacios Alcocer anunció que ya está al corriente de sus deudas con los bancos y cubriendo los impuestos rezagados que enfrentaban ante la Secretaría de Hacienda, en tanto que el proceso de saneamiento con acreedores se realiza periódicamente.

La estrepitosa derrota electoral del dos de julio colocó al PRI como la tercera fuerza política en el país, lo que llevó al priismo a un desaliento durante más de tres meses.

Sólo lograron tener optimismo con el triunfo en Tabasco, en donde enfrentaron también una campaña de más de un mes de Andrés Manuel López Obrador, quien realizó proselitismo a favor del abanderado perredista César Raúl Ojeda Zubieta.

Este resultado, a decir de Carlos Flores Rico, vocero de ese instituto político, permitió la oxigenación a su partido, luego del desaliento que privaba por el fracaso electoral del dos de julio.

Durante casi todo el año, la cúpula priista mantuvo su total respaldo al gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien enfrenta un conflicto social y político en su entidad y la constante petición de su renuncia, por lo que el Consejo Político Nacional denunció una presunta conspiración para derrocar al gobernador.

En ese mismo acto, los priistas ratificaron su compromiso con las instituciones democráticas electas y su decisión de no permitir que se transgreda la soberanía de Oaxaca y el Estado de Derecho. La situación de ese partido no fue nada fácil, pues incluso sufrió ataques en sus instalaciones en los pasados meses, que los llevó a mantener inhabilitado el Auditorio Plutarco Elías Calles, que hasta la fecha continúa en remodelación.

En todo momento el PRI manifestó su disposición al diálogo con el Gobierno de Calderón Hinojosa, e incluso fue factor importante para lograr el quórum en la sesión del Congreso General del primero de diciembre, cuando el nuevo mandatario rindió protesta.

Al iniciar el año 2007, los priistas se preparan para el relevo de su dirigencia nacional en febrero próximo, en la que están inscritos hasta el momento cuatro aspirantes: Enrique Jackson, Beatriz Paredes, Alejandro Gárate y Javier Oliva, de los cuales los dos primeros tienen mayores posibilidades de ganar.

Ante este proceso, la actual directiva que encabeza Mariano Palacios y Rosario Green se comprometió a fomentar las bases fundamentales de legalidad, transparencia, imparcialidad y equidad en la contienda interna.

El PRI también inició un proceso de reflexión profunda para impulsar las reformas necesarias que le permitan ser un partido moderno y recuperar la confianza de la sociedad, luego de sus magros resultados electorales en la elección presidencial.

Para ello prepara su cuarta Asamblea Nacional Extraordinaria, en la que pretende modificar sus documentos básicos para hacerlos más ágiles, evitar fracturas en los procesos de selección de candidatos y tener mayor claridad en sus posicionamientos en temas nacionales.

Renovarán dirigencia el 18 de febrero

El 18 de febrero será electo el nuevo presidente nacional del PRI, indica la convocatoria que hoy domingo será dada a conocer en la sede del partido.

Las reglas para la elección del relevo de Mariano Palacios Alcocer en la dirigencia nacional del PRI, en febrero próximo, establecen ?candados? que evitan que sectores y organizaciones de ese partido se pronuncien a favor de un candidato.

La convocatoria para el proceso interno del PRI, que será dada a conocer hoy domingo, señala como

fecha de registro de los aspirantes el próximo día 18, y el 19 de enero se dará el dictamen de las distintas fórmulas.

En caso que los candidatos no cumplan con las reglas para la contienda interna se harán acreedores,

según la gravedad del caso, a una amonestación pública, suspensión de campaña por unos días y hasta la cancelación de la candidatura.

La convocatoria que emitirá la Comisión Nacional de Procesos Internos obligará a los aspirantes a un pacto de civilidad y a que también lleven campañas austeras.

Los aspirantes que obtengan su registro tendrán del 19 enero al 17 de febrero para realizar actividades

proselitistas, pues el 18 se celebrará la elección a través de una asamblea de consejeros, es decir sesionarán simultáneamente los 32 consejos estatales y el nacional.

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