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Entrevista| Urgen cambios: Calderón

AFIRMA CALDERÓN QUE TRABAJAN PARA EVITAR QUE EL NARCO SE CONVIERTA EN CRISIS DE SEGURIDAD NACIONAL.

El mandatario observa ambiente político más propicio para el diálogo; propone recuento obligatorio en "elecciones pretadas".

EL UNIVERSAL

MÉXICO, D.F.- Por primera vez desde que ocupa la Presidencia, Felipe Calderón sopesó la crisis electoral del año pasado, durante la cual, sostuvo, hubo una estrategia para desconocer a un Gobierno constituido, y declaró que el entramado institucional y el régimen constitucional superaron la prueba.

A seis semanas de distancia de que arribó al cargo, retrató ese momento: "En un panorama de zozobra generalizada, vi la imperiosa necesidad de asumir el poder con todas sus consecuencias, con el control de las decisiones del país. Gobernar, en una palabra".

Tras el breve lapso de 47 días, el mandatario observa un ambiente político mucho más propicio para el diálogo, que no es obra únicamente del Gobierno -subrayó-, sino de "un liderazgo político más responsable".

"Hay gestos (mutuos) de buena voluntad. Un gesto de responsabilidad en la oposición, y no sólo en la fracción parlamentaria del PRD; también, un balance adecuado y racional de lo costoso que resultaba una estrategia como la que se había puesto en marcha, la cual era enormemente reprobada por los mexicanos y se traducía en costos políticos muy difíciles de sobrellevar en un espacio con una vida democrática tan intenso como el nuestro", expuso.

Durante una conversación, el presidente Calderón Hinojosa planteó su visión sobre los cambios necesarios para conjurar nuevas crisis electorales: la lección de la elección 2006. Propuso establecer el recuento obligatorio de votos cuando se presenten resultados en "diferencias apretadas"; nueva regulación para desahogar quejas de partidos, a fin de dar mayor certidumbre y verificación; reducir financiamiento a partidos y recortar tiempo de campañas, para disminuir el encarecimiento de la política. Mostró reservas sobre el mecanismo de segunda vuelta, que ha empezado a ser planteado desde diversos sectores.

Al abordar el tema del narcotráfico, mostró su convicción para evitar lo que calificó como un "gravísimo problema de seguridad pública" que, dijo, puede poner en peligro la vida misma del Estado, cuando las bandas toman control de espacios de territorio. "Lo estamos logrando", aseveró.

Reiteró que el panorama económico será "complejo, adverso" este año; no eludió la posibilidad de establecer subsidios a favor de los consumidores de tortillas y otros productos, "dependiendo de los recursos autorizados por el Congreso", pero adelantó que buscará castigos, incluso con el uso de la PGR, contra los casos de especulación y acaparamiento.

Dijo estar cierto de que la presencia de monopolios en México debe ser encarada con acciones legales del Estado, que permitan impulsar mayor competencia, principio en el que sostuvo creer "profundamente".

El presidente de México insistió en una virtual rectificación en la diplomacia hacia Latinoamérica, región dominada mayoritariamente por gobiernos de izquierda, pero donde Calderón dice sentirse cómodo y apreciado el papel que busca desempeñar México, "ante el surgimiento de nuevos signos de gobiernos vitalicios, o de regímenes no democráticos".

¿Un equipo para seis años?

¿Cómo está trabajando su gabinete?

Existe la percepción de un equipo más alineado con un discurso más homogéneo, pero a la vez también se cree que hubo que cubrir algunas cuotas, o alguna retribución hacia aliados en la campaña.

Primero he instruido al gabinete de que actuemos de forma ordenada y coordinada... nos reunimos cada semana y nos estamos coordinando con mensaje y discurso. El gabinete también tiene ciertos elementos que había comprometido, como tener el mayor número de mujeres en puestos de primer nivel, y así lo he cumplido.

No sólo en cargos de secretario de Estado, sino también en puestos sustanciales: Educación, Desarrollo Social, Relaciones Exteriores, Energía, con lo cual además me siento muy satisfecho.

Pero nadie puede asegurar que será un gabinete para seis años. Como ocurre en cualquier democracia, la marcha del Gobierno va indicando la continuidad o no de los integrantes del Gobierno.

Se le ve un Presidente más operador, más metido directamente en la operación del Gobierno...

Pues no sé como haya sido antes, pero sí me gusta estar encima de los temas, me gusta revisar las políticas públicas, de hecho esa es mi profesión. Revisar cuáles son las políticas públicas, cuál es el comportamiento de las variables más relevantes para el Gobierno mismo, para la administración pública. Me gusta mucho el trabajo de supervisión, de ajuste, de planeación. Creo que lo debe revisar el Presidente.

¿Tendremos un Presidente menos viajero?

Pues no quiero compararme en realidad con nadie, pero creo que tiene que equilibrarse mucho el trabajo de oficina con el trabajo de los secretarios con giras y actividades abiertas y públicas del Presidente.

¿Cuál es su interpretación de la presencia de su partido en el Gobierno, o de la relación del Gobierno con su partido; hay muchas versiones en este sentido de cierta distancia, cierto enfriamiento.

La verdad es que yo gozo del apoyo de la dirigencia del PAN, independientemente de aspectos más relacionados con mi persona, y afortunadamente he contado con el apoyo de las bancadas del PAN, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados. Hay una buena relación con la militancia y eso me está ayudando como Presidente.

¿Cuál debe ser la filosofía de esta relación?

Hay que entender una premisa: la elección se gana con la combinación del candidato y el partido, entonces, el partido tiene parte del mérito y parte de la responsabilidad de gobernar; es corresponsable de la marcha del Gobierno, porque así se lo asignaron los electores.

En el arranque del Gobierno se hablaba de la necesidad de un golpe efectista, para legitimarse; un 'quinazo'. ¿Se planteó esto?

No creo en los golpes efectistas; pienso que la efectividad de un Gobierno depende de un actuar cotidiano, de ser perseverante, muy insistente en las políticas que se tomen, y así hemos actuado. Efectivamente, había un panorama de zozobra generalizado, que afortunadamente se ha reducido. Yo percibo mayor certidumbre y seguridad en la gente.

Hubo tensión en el arranque, fue una elección muy reñida, un triunfo muy apretado. ¿Cuál era su visión, como Presidente?

Un presidente, un jefe de Estado tiene que serlo independientemente del mayor o menor número de votos que haya obtenido. Yo tenía que serlo para todos los mexicanos. Yo percibía hacia el primero de diciembre una estrategia política para desconocer los resultados electorales, un riesgo para la vida democrática e institucional del país, que había que resolver.

Lo que ha ocurrido es que se ha demostrado la solidez de las instituciones mexicanas y la fortaleza misma de nuestro régimen constitucional. Yo lo que vi fue la imperiosa necesidad de asumir el poder con todas sus consecuencias, el control de las decisiones del país.

De gobernar, en una palabra. El nivel de confrontación se fue reduciendo. Ha habido una especie de sano respeto, de cortesía mutua; ¿usted coincide?

Hay un ambiente político mucho más propicio a lo que había, y eso no es obra únicamente del Gobierno, sino de un liderazgo político en México mucho más responsable, no sólo en las coordinaciones parlamentarias del PRD; eso es sano para el país políticamente.

Señales de su Gobierno han ayudado al respecto, como su relación con el Gobierno del Distrito Federal, ¿buscará tener una buena relación con el GDF?

Una buena colaboración. Independientemente de las circunstancias político-partidistas que rodean al titular del Gobierno del DF, entre mi equipo y el equipo del GDF hay una relación de diálogo, fructífero, constante, con el fin de resolver los temas más relevantes, desde el nombramiento de funcionarios vinculados a la seguridad, que son atribuciones del Presidente de la República, hasta temas como la aprobación de solicitud de endeudamiento del GDF. Hicimos nuestra la petición del GDF a la hora de presentar el paquete fiscal para el 2007, y se pudo transitar sin problema.

Con estos antecedentes, ¿cuáles deben ser los temas relevantes de una reforma electoral?

Primero, el tema del financiamiento de los partidos políticos, corregir las fórmulas porque se está dando un financiamiento excesivo a los partidos y por lo mismo las campañas electorales están desbordando cualquier estimación legal. Se requiere una nueva reforma al régimen de partidos, una regulación cuidadosa de los temas más controvertidos, por ejemplo, cómo desahogar las quejas electorales, tener mayores elementos de certidumbre y verificación respecto a circunstancias que enfrentamos respecto a este 2006, relativos al cómputo de votos.

Cómo resolver estos temas, en circunstancias de diferencias muy apretadas; establecer mecanismos como los que existen en otros países, aunque sean mínimas, pasar a un recuento excepcional como estaba en nuestra Ley, a un recuento obligatorio... en fin.

¿Segunda vuelta?

Es un tema que hay que explorar, yo no quiero anticiparlo, no me desagrada, simplemente planteo que la segunda vuelta se vuelve un mecanismo de debilitamiento en el sistema político si no va acompañado de una segunda vuelta parlamentaria.

La conformación de mayorías es más importante en el Congreso que la propia elección del presidente de la República.

En relación con el asunto del narcotráfico, el pasado domingo habló de "evitar que sea un asunto de seguridad nacional", ¿no lo es desde hace mucho tiempo?

De alguna manera. La diferencia tal vez sea muy sutil: el narcotráfico es un gravísimo problema de seguridad pública, pero hay que evitar que se convierta en un problema o una crisis de seguridad nacional, es decir, que ponga en peligro la vida misma del Estado.

Llegamos a tener momentos de riesgo en el momento en que las bandas criminales toman control de una parte del territorio del país, de territorios completos en un estado, se convierte en un problema de seguridad nacional.

La lógica de los operativos ha sido recuperar el dominio del Estado en buena medida sobre el territorio. Las adversidades que vienen Ha empezado a hablar de adversidades económicas, ¿de qué tamaño las prevé? Va a ser complejo, pero no pensé que las cosas fueran sencillas.

Me preocupa el tema de la tortilla. Debemos tener una acción muy decidida. Encontrar una manera de política en materia de maíz orientada a proteger a los productores y a los consumidores.

¿Por esto debemos entender subsidios?

No descarto el subsidio. Pero por un lado está la viabilidad; son miles de tortillerías que no es factible controlar, y por otro lado, la magnitud de las disponibilidades presupuestales.

Sí estoy pensando en medidas según los recursos que me asignó el Congreso, para evitar una afectación en los ingresos de la gente derivados de estos cambios de precio, y las medidas pueden ser muy variadas.

El Banco Mundial presentó hace unas semanas un reporte sobre el peso de los monopolios en la economía, la política y la justicia. Existe la percepción de que en el pasado estos monopolios no fueron tocados, ¿eso va a preservarse... cuál es su visión del tema?

Yo soy alguien que cree profundamente en la competencia, es una condición necesaria para crear una economía ordenada, productiva con un adecuado sistema de producción y distribución de bienes y servicios. Se necesita la acción rectora del Estado, y el papel del Estado está en garantizar que las condiciones de competencia estén presentes.

¿Qué debemos hacer?

Tener reglas claras en el mercado, sostener una economía abierta con cánones orientables a la competitividad, mantener el estado de derecho, tener reglas claras y parejas para todos, fortalecer los organismos reguladores para evitar las prácticas monopólicas, concretamente a la Comisión Federal de Competencia.

¿Qué ha pasado con la política exterior mexicana, particularmente con América Latina?

No podemos equivocarnos en ese sentido, no por el hecho de estar económica y geográficamente vinculados con la región de América del Norte podemos olvidar o descuidar nuestra vinculación política y cultural con América Latina. Mi propósito es deliberado y abierto de buscar el acercamiento de México con América Latina.

Es una región que le reclama a México un desdén de varios años y está cada vez más dominada por una corriente ideológica que no coincide con la suya ni la de su partido. ¿Cómo se siente en ese entorno?

Me siento muy bien porque hay un aprecio con México y también se está valorando sensiblemente la actitud y la disposición del Gobierno mexicano de enfatizar el acercamiento con América Latina.

Paradójicamente, la presencia de signos distintos al mío hace que la participación de México en la región sea cada vez más importante y más apreciada.

Para muchos países, el surgimiento de nuevos signos de gobiernos vitalicios o de regímenes no democráticos está siendo una preocupación que abre un espacio obligado para participar en un rol de equilibrio regional.

De manera tal que por interés de los mexicanos y por conveniencia de la región, es importante que México asuma un liderazgo acorde con la dimensión de su economía, historia y con sus relaciones con América Latina.

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