El Universal
NUEVA YORK, EU.- Los primeros días de su autoexilio después del secuestro, Ernestina Sodi no paraba de llorar en Nueva York. ?No sentía que esta ciudad fuera mi casa?. Cuando caminaba alrededor de los lagos del Central Park, recordaba la pistola de uno de sus captores, taladrándole la cabeza. Fue con esos recuerdos como comenzó a escribir el libro que presentó la noche del sábado en un auditorio lleno de Manhattan.
?Quiero darle las gracias a Nueva York. Primero, porque me recibió después de la tragedia que viví, y ahora me abre los brazos para recibir un libro que sobre todo es una denuncia de las cosas que suceden en México?, dijo Sodi en la librería Lectorum del West Village de Manhattan, en donde presentó la obra titulada Líbranos del Mal, acompañada por una de sus hijas y varios amigos cercanos.
De acuerdo con Ernestina Sodi, el libro ha sido tan bien acogido en Estados Unidos que está situado en la lista de los más vendidos de la poderosa cadena de librerías Barnes and Noble.
?Solía deambular por la ciudad de Nueva York con el recuerdo de los fantasmas que me secuestraron. A veces tenía recuerdos muy violentos. ?Comencé a recibir terapia y los médicos me sugirieron escribir para sacar el veneno que llevaba dentro. Así nació este libro?, dijo Sodi, con el cabello rubio y liso peinado hacia atrás. Llevaba un conjunto beige y una mascada color hueso y había llegado sin abrigo en una tarde tibia de Manhattan.
Sodi fue recibida por un tumulto de fotógrafos, camarógrafos y periodistas que la entrevistaron varias veces antes de la presentación del libro.
Lucía muy bella y sonriente, incluso cuando le preguntaron si volvería pronto a México y respondió de inmediato que no. Luego habló con aplomo de los 36 días que estuvo en cautiverio, ante un auditorio formado por unas 80 personas reunidas en una pequeña sala, a quienes aseguró que ya perdonó a sus captores y que ha dejado de tener pesadillas.
Declaró que decidió reunir sus memorias de secuestro en un libro después de que un periodista le dijo que había hurgado declaraciones en el Ministerio Público y que revelaría que había sido violada. ?Esa noche lloré mucho?.
Sodi se resistió a hablar de los problemas que tiene con su hermana Laura Zapata.
?Después de un secuestro una familia jamás vuelve a ser la misma. Lo que pido es que no los juzguen. Son cosas muy dolorosas de las que vamos saliendo?, dijo.
Sodi señaló que desde su secuestro han ocurrido cambios importantes con el propósito de frenar los secuestros en México y dar ayuda a las víctimas.
?Cuando declaré ante el Ministerio Público el agente me preguntó cosas horrorosas. Me sentí ofendida. Ahora son mujeres quienes toman las declaraciones?.
Ernestina citó que, sin embargo, hay aspectos vitales inatendidos. Todavía no es posible lograr que el dinero que el gobierno incauta a los secuestradores sirva para resarcir a los secuestrados.
Dijo que la industria del secuestro es gigantesca. ?Somos un club enorme y cada día se unen más. Hay quienes no tienen la suerte de vivir para contarlo?.
Sodi mencionó que las negociaciones para el pago del secuestro se complicaron después de la intervención de la Agencia Federal de Información, cuando se filtraron en el extranjero los montos del rescate.
?Los secuestradores estaban nerviosos. No pensé que nos dejarían regresar?, dijo. Entonces recordó a uno de ellos: le decían el enano y dice que podía oler la maldad que había en él?. ?Cuando lo detuvieron y estuve frente a él no podía creer que fuera un abuelo indefenso. Luego se suicidó?. Asimismo, Sodi indicó que todavía están libres dos de sus secuestradores, entre ellos uno al que identificó como ?El Norteño?. ?Era el mayor de los mayores?.