En algunas de estas calles se pueden observar lotes baldíos, casas semidestruidas y llenas de basura, además de graffiti.
Aquejan a los vecinos fallas en servicios públicos, contaminación y narcomenudeo
El Siglo de Durango
Vecinos de la colonia J. Guadalupe Rodríguez, además de basura, lotes baldíos, calles sin pavimentar, drogadicción en jóvenes y narcomenudeo, tienen que enfrentar los daños que ocasionan en su salud dos ladrilleras situadas en el lugar, ya que sus propietarios se niegan a reubicarlas.
Ante el temor que les causa denunciar la poca vigilancia policiaca y la venta de estupefacientes al menudeo, algunos vecinos prefieren permanecer en el anonimato a fin de evitar represalias en su contra, mientras que otros señalaron los daños a la salud que les generan las ladrilleras.
Y es que en un recorrido realizado por El Siglo de Durango por el citado lugar se puede observar hasta el graffiti sobre la Escuela Primaria Everardo Gámiz, basura regada, lotes baldíos, carros “yonqueados”, dos ladrilleras trabajando, así como algunas calles sin pavimentar, simulando una población del medio rural.
En ese sentido, Guadalupe Cervantes, vecina del lugar, declaró que sus hijos al igual que otros colonos sufren problemas de salud por enfermedades como el asma, provocada por la constante contaminación de las dos ladrilleras ubicadas sobre las calles Simón Bolívar y Elpidio G. Velásquez, así como en Donato Guerra.
Aseveró que pese a la problemática que están generando con la quema de los obradores y alternativas de solución como la reubicación en el Parque Industrial Ladrillero, los propietarios se niegan a retirarse.
“Los dueños de las ladrilleras no se quieren ir de aquí, aunque saben del Parque; mis hijos y otros vecinos ya sufren de asma”, agregó.
Cuestionado sobre la problemática que están causando, Carlos Soto Reyes, dueño de una de las ladrilleras, respondió que por el momento no se retirarán de la colonia J. Guadalupe Rodríguez, pese a la inconformidad de sus vecinos.
“Como quiera le hacemos luego para después irnos, pero ahora todavía no nos vamos a otro lado, porque aquí tenemos muchos años”, manifestó el propietario.
Por su parte, Genaro Sánchez, también vecino del citado asentamiento, manifestó que aunque en lo personal no ha tenido problemas serios, en ocasiones se puede observar la presencia de jóvenes con apariencia de delincuentes, conocidos como “cholos”, lo que podría generar un problema difícil a los colonos.
Aunado a esto, otros vecinos –quienes prefirieron quedar en el anonimato- aseguraron que necesitan mayor presencia policiaca, pues actualmente las corporaciones hacen sólo rondines de manera esporádica.
Manifestaron que en ocasiones se puede observar a jóvenes consumiendo estupefacientes en la vía pública y a plena luz de día, auspiciados por las llamadas “tienditas” ubicadas en la colonia que venden drogas al menudeo.
Por lo anterior, mencionaron, continuamente se observan desde vehículos del servicio público como taxis hasta particulares que acuden a comprar estupefacientes, circunstancia que está causando temor entre los colonos, principalmente en la noche, ante un alumbrado público deficiente.
Empero, además de los problemas anteriormente señalados, la colonia J. Guadalupe Rodríguez aún cuenta con varias calles sin pavimento, como en el crucero de Francisco Villa y Francisco I. Madero, entre otras.
En algunas de estas calles también se pueden observar algunos lotes baldíos, casas semidestruidas y llenas de basura y graffiti, las cuales –a decir de los vecinos- en ocasiones sirven como escondite para jóvenes de otros asentamientos.
Problemática
Vecinos de la colonia J. Guadalupe Rodríguez diariamente deben afrontar diversas circunstancias que, en conjunto, podrían aparentar que el asentamiento es parte de una población del medio rural.
-Basura.
-Lotes baldíos.
-Calles sin pavimentar.
-Drogadicción en jóvenes.
-Narcomenudeo.
-Dos ladrilleras.
-Escasa vigilancia policiaca.
-Graffiti.
-Carros “yonqueados”.
-Alumbrado público deficiente.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.