WASHINGTON, EU.- El enviado especial de la ONU para Birmania (Myanmar), Ibrahim Gambari, advirtió ayer a la Junta Militar que gobierna el país asiático que la represión desatada contra manifestaciones pacíficas tiene repercusiones internacionales. “La situación actual en el país es inadmisible”, dijo.
En su primer informe tras visitar el país asiático, el enviado especial de la ONU dijo que aún es una incógnita si las autoridades responderán a las peticiones de que sean liberados todos los detenidos en la ola de represión desatada desde la semana pasada y el inicio de un proceso de reconciliación nacional.
“El mundo no es el mismo que hace 20 años y ningún país puede darse el lujo de actuar fuera de las normas por las que se miden a todos los miembros de la comunidad internacional”, apuntó.
Gambari advirtió que “a no ser que el Gobierno abra y amplíe el proceso que debe definir el futuro de Myanmar”, las exigencias en favor de la democratización del país seguirán.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, calificó ayer de “repugnantes” los ataques de la Junta Militar birmana contra los civiles de su país y pidió a sus autoridades “acciones claras hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos”.