Cerca de 30 parientes de Cosme participan en la producción familiar de miles de lábaros patrios. (El Universal)
Con su esposa, ocho hijos, nueras y nietos, Abriel Cosme Florencio ha fomentado en las últimas cuatro décadas el amor por los símbolos patrios, al fabricar miles de banderas mexicanas de todo tamaño.
El patio de Cosme Florencio, quien en los 60 era un vendedor ambulante de banderas, ha sido la cuna de millones de símbolos patrios que en septiembre ondean en escuelas, oficinas, fábricas y en puertas y techos de hogares mexiquenses.
“En aquel entonces me dio curiosidad por ver cómo estaban hechas. Me puse a descoser varias banderas que tenía y vi sus diferencias y cada uno de los detalles de su hechura”, recordó.
Habitante de San Pedro Totoltepec, al norte de la ciudad, dejó los cruceros de las calles del primer cuadro de Toluca a mediados de los 60, para volverse uno de los cinco productores de banderas del país.
“Estábamos en igual número de estados, algunos nos conocíamos, yo hacía toda la producción del estado de México. Hoy calculo que somos más de mil; es muy competido, pero no me quejo... sigue siendo negocio la bandera”, expresó.
Ahora, alrededor de 30 familiares de Cosme participan en la confección de más de 20 mil banderas para la temporada septembrina; algunos de sus hijos ya han establecido sus talleres de banderas y artículos alusivos a las fiestas patrias.
“Para mí, es un orgullo hacer el símbolo patrio nacional. Me da gran satisfacción observar mis banderas en todos lados; sé que es mi trabajo y el de toda mi familia”, expresó Cosme quien pese al número de banderas que fabrica, se considera artesano de los símbolos patrios.
Las banderas pasan por las manos de cinco personas e inician con la selección de la tela, hasta la tinta que se utilizará en la etapa de serigrafía, así como el hilo para algunos acabados.
“Una de las pocas normas del taller es utilizar sólo material producido en nuestro país, para que sean banderas 100% mexicanas de dimensiones que van desde ocho por 13 centímetros hasta 2.70 por 5.70 metros”. La tela conocida como raso es la ideal para fabricar la bandera mexicana, aunque algunos también utilizan poliéster, pese a que no tiene el brillo, presencia y cuerpo que toda bandera debe tener, consideró Cosme.
El estampado del águila se hace con serigrafía, proceso más laborioso, pues el tratamiento de la tinta debe ser muy cuidadoso y detallado, porque una bandera no puede tener escurrimientos o algún tipo de fallas en el dibujo del águila, dijo.