El grado de espasticidad varía desde una leve rigidez muscular hasta graves, dolorosos e incontrolables espasmos musculares.
La espasticidad es una alteración caracterizada por la pérdida del balance entre la contracción y relajación de los músculos.
Cada año más de 20 millones de personas en el mundo sufren un evento cerbrovascular, muchas de las que sobreviven presentan secuelas graves
La toxina botulínica es famosa universalmente por sus efectos estéticos en el rostro de millones de mujeres y hombres, personas desconocen que es capaza de ayudar a las víctimas de ciertas parálisis provocadas por un ataque cardiovascular. Funciona bien cuando se aplica en la zona afectada con el objetivo de relajar el músculo y permitir una rehabilitación rápida.
Descrito en términos médicos un accidente cerebrovascular se da cuando la irrigación de sangre al cerebro es interrumpida por un coagulo. Los especialistas advierten que entre los factores de riesgo para sufrir un ataque de esta naturaleza se encuentran males como hipertensión, tabaquismo y obesidad.
Esto constituye una amenaza pública, pues en México, la Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas indica que 24.6% de la población entre 20 y 69 años padece hipertensión y por lo tanto está en un alto riesgo de presentar un ataque de este tipo.
Rehabilitación
El doctor Rusell Arcila, profesor asociado a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán y Presidente del capitulo Yucatán de la Sociedad Mexicana de Medicina Física y Rehabilitación, comenta que tras un accidente cerebrovascular, y dependiendo del grado de las secuelas, el sobreviviente necesitará una terapia de rehabilitación que le permita recuperar un estilo de vida similar al que llevaba antes.
"Una de las primordiales es el tratamiento de la espasticidad", subraya. Lo cual es relevante en un universo en el cual, de acuerdo con estadísticas de la Organización de la Salud (OMS), hay más de 20 millones de personas que sobreviven anualmente a un ataque de esta naturaleza, de ellas 25% sufren consecuencias severas e incluso discapacidad.
"La espasticidad es una alteración caracterizada por la pérdida del balance entre la contracción y relajación de los músculos. Esta contracción provoca la rigidez y acortamiento de los músculos e interfiere sus distintos movimientos y funciones", explica el doctor Arcila.
"El grado de espasticidad varía desde una leve rigidez muscular hasta graves, dolorosos e incontrolables espasmos musculares" y su el tratamiento de "deberá realizarse a través de un esquema integral que incorpore rehabilitación física, tratamiento médico y en los casos más severos cirugía", apunta.
"Una de las opciones terapéuticas con la que hemos trabajado, desde hace más de 15 años, es Botox (toxina botulínica tipo A) la cuál ha demostrado contar con la eficacia para mejorar el esquema de movimiento del paciente", indica.
"Para el tratamiento de la espasticidad es aplicado en la zona afectada y "una vez que el músculo se ha relajado, el médico debe coordinar, junto con el equipo de rehabilitación, una serie de ejercicios que favorezcan el progreso del paciente" detalla.
Según el doctor Arcila los resultados observados en los pacientes tratados con la toxina incluyen:
* Mejoría al andar
* Facilidad para la higienización
* Control de movimientos y postura irregulares
* Mayor confort para la adaptación de aparatos ortopédicos
El Botox forma parte de los esquemas mexicanos de rehabilitación para la espasticidad desde hace más de 15 años y está aprobado actualmente en más de 74 países como Estados Unidos, Argentina, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Dinamarca, Egipto, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Hong Kong, Hungría, India, Indonesia, Israel, Italia, Japón, Korea, México, Panamá, Portugal, España, Suiza, Inglaterra, Turquía, entre otros.
Es importante destacar que Botox es un biofármaco y como tal cuenta con un perfil de seguridad y eficacia comprobados a través de estudios científicos.