Los agentes de la DEI aún no pueden usar armas sofisticadas para combatir el crimen.
A seis meses de que se hizo la petición a las autoridades centrales de Seguridad Nacional en cuanto a que los agentes de la Dirección Estatal de Investigación (DEI) pudieran usar armas más sofisticadas y que disparen a ráfaga, aún no se ha autorizado tal solicitud, informó el titular de la citada corporación, Jesús Alberto Alejo Núñez.
Aún no se autoriza la petición que hicieron las Procuradurías de los estados en cuanto a la posibilidad de que, en el caso de Durango, los agentes de la DEI puedan usar armas tipo ráfaga, como las AK-47, de las llamadas “cuernos de chivo”, para poder combatir y defenderse del crimen organizado de una manera más efectiva.
Después de la balacera que se suscitó el pasado mes de abril donde perdieron la vida tres agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado, en un enfrentamiento con delincuentes armados con fusiles de los más potentes, el entonces secretario de Seguridad Pública, Apolonio Betancourt Ruiz, declaró que harían una petición para que los agentes estatales pudieran usar armamento más sofisticado, pues de lo contrario el crimen organizado rebasaría a la autoridad en todos los sentidos.
Sin embargo, a más de seis meses aún no ha habido respuesta por parte del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Al respecto, Alejo Núñez comentó que esa situación se está viendo a nivel central y que fue un acuerdo entre las diferentes Procuradurías de los estados, pero que él no ha tenido conocimiento de que ya hayan autorizado el uso de armamento tipo ráfaga para los agentes de la DEI.
Comentó que esta situación es una preocupación a nivel nacional, pero que tendrán que esperar lo que indiquen el CNSP y la Sedena.
Actualmente los agentes de la Dirección Estatal de Investigación tienen permitido por parte del Ejército usar solamente rifles AR-15, calibre 2.23, pero no se ha autorizado el manejo de fusiles que disparen a ráfaga, como podría ser los “cuernos de chivo”, que son los más utilizados por el crimen organizado.
