Está Bauche en pro de un cine social
El Universal
MÉXICO, DF.- Dos minutos de vida parecen poca cosa. Dos minutos de muerte, no tanto. Vanesa Bauche estuvo “allá” durante 120 segundos. Tenía 14 años y era una adolescente con la idea de hacer cine de contenido, alentada por su admiración a Las Poquianchis y El Apando, de Felipe Cazals. En realidad, sólo conocía el audio de estas películas porque su madre la llevaba al cine pero le advertía: “Tápate los ojos”. Así la protegía de las crudas escenas que tan buen prestigio le han ganado al cine de verdad de Cazals.
Aun sin verlo, ese cine marcó su vida: “Con sólo escuchar la forma en que hablaban esas mujeres, supe que quería hacer un cine social, que fuera más allá de la frivolidad y el mero entretenimiento”.
Su carrera siguió ese trayecto y en 2004 la puso frente a la fuente de su inspiración: Felipe Cazals la dirigió primero en el docudrama Digna, hasta el último aliento. Al tenerlo de frente, Bauche le dijo: “Lo admiro desde que yo era adolescente por el tono de verdad con que dirige y construye a sus personajes. Antes de El apando, nunca había visto en ninguna película con ese tipo de escenas tan fuertes”. Dos años más tarde, Vanessa Bauche actuó otra vez para Cazals en Las Vueltas del Citrillo.
-La última frase de esta película se refiere a la vida y la muerte: “Da lo mismo allá que acá; de todos modos no se va a ningún lado” ¿Tú piensas que da lo mismo?
A los 14 años tuve un a experiencia cercana a la muerte. Tuve muerte clínica durante casi dos minutos. Por esos momentos que estuve en donde estuve, te puedo decir que estaba mejor allá que acá. Además, creo que la idea que tenemos de infierno, purgatorio y paraíso están en la tierra.
-Ya acá, ¿sabes a dónde vas?
No siempre. Pero por lo menos procuro saber por qué y para qué; escucho a mi corazón y sigo mi instinto aunque a veces me equivoque.
-¿Tus errores son frecuentes?
Sí, seguro. Lo que me gusta es darme cuenta de esos errores a tiempo para no repetirlos; lo que procuro no es evitar errores, sino cometer nuevos para crecer.
-Suena como si fuera divertido.
A veces; otras te pueden costar un buen sueldo, perder un trabajo, la estabilidad emocional.
-Quizá hubieras podido capitalizar mejor el éxito de Amores perros.
¡Claro! En ese momento decidí dedicarme a promover un movimiento cultural que se llamó Techo Blanco con el que promocionamos propuestas de varios jóvenes. Ahora me doy cuenta que me faltó egoísmo.
Vanesa actualmente se presenta en el Centro Cultural Helénico con la obra de teatro De insomnia y medianoche, que ella misma estrenó en el Royal Court de Londres y ahora trajo a México para una breve temporada.
Es un personaje duro, que muestra el carácter sadomasoquista de la sociedad: “Nos han enseñado que la mujer mientras más aguanta es más mujer y que el hombres mientras más daño hace más hombre es.
Eso crea relaciones sadomasoquistas y por tanto forma una sociedad sadomasoquista”.
-A los 17 años ya habías actuado en dos películas cuyos personajes te habían exigido ponerte en contacto con prostitutas. ¿Qué aprendiste de esas mujeres?
La vida es dura y las mujeres son presionadas por la educación católica para aguantar más de lo que correspondería a una sociedad equitativa.
-¿Dónde tienes tus dos Ariel?
Ahorita empacados porque me estoy cambiado de casa. Pero todos mi premios, que son más de 35, los pongo arriba del piano, que es donde generalmente caben.
-¿Para qué sirven los premios?
En este país no para mucho. En otros países sientan un precedente de prestigio pero aquí lamentablemente el prestigio es relativo porque resulta más importante una persona que sale en tv aunque no sepa ni hablar.
-Has declarado que respetas a la TV pero, ¿crees que la TV te ha respetado?
No veo ninguna muestra irrespetuosa hacía mí. Creo que no nos conocemos bien, quizá me ha hecho falta acercarme a Televisa (la empresa donde he trabajado toda mi vida) o encontrar un proyecto relevante.
-¿Es grande tu currículum?
Es de cinco páginas; he tratado hacerlo lo más breve posible, pero son 20 años de trabajo y afortunadamente muy amplio.
-¿Dice: “canta, baila y actúa”?
No, ya no. Aunque en cualquier momento lo retomo porque quiero hacer un espectáculo donde cante, actúe y baile.
-Si pudieras ser un Robin Hood mexicano por un día, ¿qué problema resolverías?
La impunidad, porque la impunidad corta de raíz la corrupción.
-¿Cuándo fue la última vez que querías ser Robin Hood?
Siempre. hoy me dieron ganas de ayudar. Es algo inherente a mi forma de ser.