Equipos de socorristas trabajan para despejar túneles obstruidos por rocas, en sus esfuerzos por llegar a los seis mineros atrapados la víspera por un desplome más de 600 metros debajo de la superficie. Familiares de los trabajadores esperan en el lugar por noticias de ellos. (AP)
Desconocen autoridades si los trabajadores se encuentran con vida; dicen que al menos saben su ubicación.
Equipos de socorro apoyados con maquinaria pesada intentan hoy rescatar, vivos o muertos, a seis mineros atrapados en una mina de carbón en Utah, una tarea que puede tomar al menos tres días.
Ayer en el segundo día de intento de rescate, no se pudo establecer contacto con los seis mineros, entre ellos tres mexicanos, que el lunes quedaron atrapados a 457 metros de profundidad tras el desplome de la mina Crandall Canyon, cerca de Huntington, Utah.
Las autoridades desconocen si los mineros se encuentran o no con vida, pero indicaron que al menos saben su ubicación y que todos ellos cuentan con suficiente agua, comida y tanques de oxígeno para varios días.
Sin embargo, señalaron que las tareas de rescate, que incluyen despejar túneles obstruidos con la ayuda de al menos 30 tipos de maquinaria pesada, podrían tomar al menos tres días.
Imágenes de la televisión local mostraban decenas de camiones y vehículos de emergencia en los alrededores de la mina, mientras 134 socorristas, divididos en seis equipos, realizan por turnos desde ayer una perforación de 460 metros de profundidad para hallar a los mineros.
En medio de conjeturas e informes contradictorios, las autoridades tampoco pueden aclarar por ahora si un temblor de una magnitud de 3.9 en la escala Richter provocó el desplome o si el derrumbe activó las ondas sísmicas.
Durante una emotiva rueda de prensa, Robert Murray, presidente de la empresa Murray Energy, parte propietaria de la mina en el condado Emery, se mostró frustrado por la tardanza en las operaciones de rescate, pero reiteró su confianza en que los mineros serán extraídos.
El ejecutivo dijo que en el mejor de los casos tomará al menos tres días alcanzar la zona en la que se cree están atrapados los hombres y aseguró que hará “todo lo que esté en su poder” para rescatarlos.
Murray precisó que los mineros se encuentran a 457 metros de profundidad y a 610 metros de la entrada más cercana a la mina.
Sostuvo que, “contrario a lo que otros les quieren hacer creer”, fue el temblor el que ocasionó el desplome de la mina.
El ejecutivo negó tajantemente que el derrumbe haya sido ocasionado por el llamado método de “retirada del carbón”, que consiste en abrir túneles dejando pilares de carbón para sostener el techo de la mina hasta que se extrae la mayor parte del mineral.
Bajo ese método se desploman los pilares originales para causar derrumbes deliberados y continuar la extracción del carbón.
Mientras se aclara el origen del derrumbe, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que, en el transcurso de unas 30 horas, los socorristas sólo han podido avanzar unos 95 metros de profundidad, debido a rocas y escombros que obstruyen el paso.
TIENEN DIFICULTADES
Los equipos de rescate tuvieron que interrumpir sus operaciones la noche del lunes, debido al desprendimiento de carbón de una zona de la mina, según la Administración Federal para la Salud y Seguridad en las Minas (FMSHA).
La empresa de electricidad Rocky Mountain Power, que cuenta con una planta en la zona, se sumó a los esfuerzos de salvamento con el envío de una cuadrilla de rescate y maquinaria pesada a la mina, dijo a la prensa el portavoz Dave Eskelsen.
En la ciudad de Huntington, a unas 10 millas de la mina, los familiares de las víctimas, blancos y latinos, aguardan noticias.
El cónsul alterno de México en Salt Lake City, Eusebio Augusto Romero, confirmó que tres de los seis mineros son de nacionalidad mexicana, pero se desconocen sus edades, estatus migratorio o ciudades de origen.
Romero indicó que tanto el cónsul general, Salvador Jiménez, como el cónsul de Protección, Manuel Morodo, se desplazaron desde el lunes a la mina, para dar asistencia a las autoridades locales.
“En la montaña no hay buena recepción, así es que no hemos podido tener contacto (con los cónsules), no tenemos más información sobre los mineros”, agregó.
Según datos del Gobierno Federal, los inspectores de minas han emitido este año 32 citaciones contra los propietarios de la mina, por infracciones de seguridad.
En total, la mina ha registrado poco más de 300 infracciones desde 2004, 118 de ellas lo suficientemente graves como para causar lesiones o muerte.
Exigen demócratas respuestas sobre derrumbe
Líderes demócratas de la Cámara de Representantes de EU exigieron ayer que el Gobierno ofrezca al público y a los familiares de seis mineros atrapados en una mina en Utah respuestas “precisas” sobre el incidente.
Los legisladores George Miller y Lynn Woolsey, presidentes del Comité sobre Trabajo y Educación y del subcomité sobre Protecciones Laborales, respectivamente, criticaron la escasez de información sobre el desplome del lunes de la mina Crandall Canyon.
“Las familias de los seis mineros atrapados están sumamente preocupadas por el bienestar de sus seres queridos y necesitan y merecen la información más creíble, objetiva y actualizada sobre los esfuerzos de rescate”, dijeron los legisladores en un comunicado.
Miller recordó que, tras un accidente similar en 2006 en la mina Sago en Virginia Occidental, el Congreso exigió que sea la Administración sobre la Salud y Seguridad en las Minas de EU (MSHA, en inglés) la principal fuente de información sobre los esfuerzos de rescate.
“La conferencia de prensa de esta mañana no cumplió con esa norma federal”, subrayaron Miller y Woolsey.
Aunque no lo citaron por nombre, ambos se refirieron a las declaraciones, a veces incoherentes, que hiciera Robert Murray, presidente de la empresa Murray Energy, copropietaria de la mina Crandall Canyon, cerca de Huntington (Utah).
Ambos legisladores pidieron que la secretaria de Trabajo, Elaine Chao, se cerciore de que toda futura comunicación con la prensa o con el público sobre los esfuerzos de rescate estén a cargo de la MSHA, como manda la Ley federal.