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Estudian la factibilidad de construir el Colector Noas

La tierra que se remueve para el Colector Noas es enviada a Peñoles para darle un tratamiento adecuado. (Fotografía de Julio Hernández)

La tierra que se remueve para el Colector Noas es enviada a Peñoles para darle un tratamiento adecuado. (Fotografía de Julio Hernández)

Cristal Barrientos| El Siglo de Torreón

Torreón, Coah.- Aún no es posible determinar si remover toneladas de tierra para construir el Colector Noas representa un riesgo sanitario, pues además hay dos probables fuentes de contaminación: Peñoles y Ferromex.

La empresa metalúrgica ya realizó los estudios correspondientes y sus resultados arrojan que la escoria de plomo proviene del balastro de las vías del ferrocarril. Por su parte, la Dirección del Medio Ambiente de Torreón mandó tres muestras a un laboratorio especializado y la respuesta puede tardar por lo menos un mes.

Además, la dependencia del Ayuntamiento está a la espera del manifiesto de impacto ambiental que solicitó al Gobierno del Estado. Mientras tanto, la tierra que se remueve para construir el colector es enviada a Peñoles para su tratamiento, esto sin importar que la concentración de plomo sea mayor o menor a los 400 miligramos en un kilogramo de suelo.

Alfredo Villalobos Jáuregui, responsable del área de Programas y Educación Ambiental de la Dirección General de Medio Ambiente de Torreón, explicó que desde el pasado 13 de abril, esta dependencia solicitó el apoyo de la empresa Peñoles para realizar el muestreo y la determinación de las concentraciones de plomo en suelo existentes en el área donde se ubicará el Colector Noas.

El Colector Noas es una obra que consiste en la apertura de una gran zanja de más de 700 metros, pegada a la barda del Ferrocarril precisamente a la altura del patio de maniobras de Ferromex, y en la que el Gobierno del Estado invertirá ocho millones de pesos, de esta cantidad el Ayuntamiento sólo aportará dos millones de pesos.

El funcionario municipal dijo que la solicitud se realizó por la cercanía de la obra con la compañía metalúrgica y las concentraciones de plomo en suelo en el área de influenza de la compañía, “creemos recomendable realizar el muestreo del material que se vaya a remover, pues de esta manera tendremos elementos de juicio que nos permitan valorar si este material es peligroso en sí mismo o si su movimiento representa un riesgo sanitario o al ambiente”.

Según el funcionario, a las dos semanas de la solicitud de apoyo a Peñoles, dicha empresa tomó cuatro muestras en diferentes puntos en donde se realizará la obra, y según el resultado de la empresa es que el plomo que hay en el suelo se debe a la escoria del balastro de las vías del ferrocarril.

Dijo desconocer cuántas toneladas de tierra se removerán con la obra. “La respuesta de Peñoles es esa: que en el sitio se ve escoria con plomo de lo que usa Ferromex como balastro, y por otra parte, aseguran que esa escoria no proviene de la empresa”.

Villalobos Jáuregui señaló que los resultados de Peñoles son considerados confiables para la Dirección del Medio Ambiente, sin embargo, esta dependencia ya mandó tres muestras a un laboratorio especializado, pero los resultados tardarán por lo menos un mes.

Además, el funcionario señaló que sería un error de Peñoles proporcionar datos falsos porque es muy fácil determinar de dónde proviene la escoria del plomo, “por eso creemos que es confiable lo que nos están reportando como resultados”.

Para determinar la fuente exacta de contaminación de plomo en la tierra, dijo el ambientalista, hay diferentes mecanismos, “conforme avance la obra, excavación o muestreos, podríamos encontrar un depósito mayor de plomo porque no sabemos si hace décadas hubo concentraciones”.

Estudios de Peñoles

Camilo Valdez Ábrego, subdirector del Medio Ambiente, Seguridad y Salud de Peñoles, aseguró que esta empresa no es la responsable de la contaminación de plomo en el suelo que rodea a colonias como la Santiago Ramírez y Braulio Fernández, mismas que serán beneficiadas con la obra del Colector Noas.

Señaló que la inquietud de la Dirección del Medio Ambiente fue válida, “pero los estudios demuestran que la cantidad de plomo no va más allá de una pulgada; el metal no viaja hacia abajo, en pocas palabras: no se disuelve”.

Y es que, dijo, si dicho metal se disolviera con el agua se hubiera ido, “hicimos muestreos en el colector Noas y no hay ningún peligro. Sí había plomo en la superficie pero puede ser también por la contaminación del ferrocarril porque el balastro es escoria del plomo”.

Por lo tanto, insistió, no habrá ningún problema que ponga en riesgo la salud de las personas que viven alrededor de los lugares donde se realiza la obra, pues en la tierra hay menos de 400 miligramos de plomo en un kilogramo de suelo (límites permisibles de acuerdo a normas internacionales), incluso el ingeniero recordó que el escombro de las colonias que fueron destruidas fue procesado por Peñoles.

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