Vista de las inmediaciones del cuartel de la Guardia Civil de la calle Urkiaga Torre de Durango (Vizaya), donde una furgoneta Citroen C-15 hizo explosión esta madrugada causando heridas leves a dos guardias civiles y cuantiosos daños materiales. (EFE)
La banda terrorista ETA reapareció hoy, dos meses y medio después de anunciar el final de su alto el fuego, con una furgoneta bomba que explotó frente al cuartel de la Guardia Civil en la localidad de Durango, país Vasco, norte de España.
Dos agentes sufrieron heridas leves a consecuencia de la explosión, que ocurrió de madrugada y causó cuantiosos daños materiales en el cuartel y en los edificios de las inmediaciones.
Hora y media después, los terroristas hicieron explotar en la vecina localidad de Amorebieta otro automóvil, con matrícula de Portugal, el que huyeron después de cometer el atentado.
ETA había roto de hecho la tregua que había declarado en marzo de 2006 con un atentado el 30 de diciembre en el aeropuerto de Madrid en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos y que supuso el fin del proceso de diálogo que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero puso en marcha para acabar con el terrorismo de ETA.
Desde entonces, las fuerzas de seguridad españolas han estado en situación de máxima alerta ante posibles acciones terroristas de ETA, que ha intentado sin éxito atentar en varias ocasiones.
Desde el fin oficial de la tregua de ETA el pasado 5 de junio, las fuerzas de seguridad han detenido a una veintena de presuntos miembros de la banda, se han incautado de abundante material y once de sus presuntos miembros han sido entregados a España, diez por las autoridades francesas y otro por México.
El 2 de julio pasado, tres presuntos miembros de ETA fueron detenidos en el sur de Francia con una furgoneta en la que transportaban 165 kilos de explosivos.
Estas detenciones se produjeron poco más de una semana después de que ante la presencia policial, un comando terrorista abandonara un automóvil con más de 100 kilos de explosivos en la localidad española de Ayamonte (suroeste), cerca de la frontera con Portugal.
El 19 de julio, también al percibir la presencia de un control policial, un presunto miembro de ETA abandonó una fiambrera con cableado, detonadores y sustancias explosivas en un taxi en el que viajaba en la provincia de Castellón (este).
En Francia, el pasado día 13, la policía encontró en un garaje de Biarritz (suroeste) explosivos, armas y otros materiales de ETA.
El Gobierno, a través de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó que las fuerzas de seguridad del Estado seguirán trabajando para que "tarde o temprano" los terroristas terminen en la cárcel y aseguró que el Estado seguirá alerta.
"Los terroristas pueden estar seguros de que jamás conseguirán torcer la voluntad de la mayoría de los españoles", manifestó Fernández de la Vega, quien añadió que "ETA, sus terroristas y quienes amparan la violencia no tienen futuro".
La vicepresidenta confirmó que el vehículo en el que huyeron los terroristas había sido alquilado hace meses en Lisboa, pero pidió ser "extremadamente prudentes" a la hora de considerar como un hecho cierto que ETA tenga una infraestructura estable en Portugal.
Todas las formaciones políticas, a excepción de Acción Nacionalista Vasca (ANV, partido del entorno etarra) condenaron la nueva acción de ETA, organización terrorista que ha dejado más de 850 víctimas mortales desde que a mediados de los años 60 comenzó su actividad violenta por la independencia del País Vasco.