EFE
BERLÍN, ALEMANIA.- La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, cree que su país tiene ?la responsabilidad ante el mundo de llevar la estabilidad a Irak? y está convencida de que tarde o temprano Washington logrará ese objetivo.
En una entrevista concedida a ?Der Spiegel? durante su visita el miércoles a Berlín, y que hoy publicará el semanario, Rice reconoció que la situación en Irak es muy compleja y difícil.
?En Oriente Medio se vive una revolución social y política. Las fronteras de Irak se trazaron por encima de fosas étnicas y religiosas. Pero ahora, por primera vez, estamos ante el desafío de solucionar esas diferencias por la vía política de tal modo que ningún grupo se sienta presionado?, declaró.
Rice subrayó que la premisa es neutralizar a todos los grupos extremistas, no sólo suníes y shiies, y sobre todo acabar con escuadrones de la muerte.
?No sé si estos grupos son muchos o pocos, pero sí que no representan a la mayoría del pueblo iraquí?, agregó Rice y recordó que la lucha contra las milicias es una de las prioridades del Gobierno iraquí y del nuevo plan de seguridad para Irak aprobado por el presidente George W. Bush. A la pregunta de cuándo comenzarán a notarse los efectos de esa nueva estrategia, Rice respondió que el envío de tropas adicionales comenzará el primero de febrero.
?Creo que en un par de meses sabremos si la situación cambió. Hay un plan para Bagdad sobre cómo patrullará el Ejército, las Fuerzas de Seguridad y la Policía local. Si se siguen las líneas marcadas y se persiguen de forma eficaz a los escuadrones de la muerte, quienes quiera que los formen, la situación mejorará sensiblemente?, añadió.
Respecto a Irán, Rice descartó un diálogo directo con ese país porque ?incumple las disposiciones de la comunidad internacional, participa en operaciones que matan a soldados estadounidenses en Irak y porque intenta, además, sembrar inestabilidad en el Líbano?.
?Yo sería capaz de tirar por la borda 27 años de política exterior estadounidense y sentarme con mi colega iraní en la misma mesa si Teherán cumple con sus obligaciones internacionales. La pregunta por tanto no es por qué no hablamos con Irán sino por qué Irán no habla con nosotros?, argumentó.
