México debe regular primero la pasiva o abstención terapéutica que implica dejar morir al renunciar
a la prolongación artificial de la vida. El reto es humanizarla y dejarla como último recurso,
señala experto para quien también tiene que ser tomado en cuenta el sufrimiento del paciente.
Con la legalización de la eutanasia, en el año 2002, Holanda se colocó en el ojo del huracán y a su alrededor se generó todo tipo de temores: que se dispararía la demanda y el número de suicidios asistidos, que se incurriría en asesinatos disfrazados de eutanasia y que los holandeses estaban dispuestos a otorgar a los enfermos su derecho a morir. Pero terminar la vida de un enfermo, esta práctica debe seguir siendo la última opción, según el profesor de ética médica de la Universidad de Utretch, Hans Van Delden.
A casi cinco años de haber sido aprobada la polémica Ley, Holanda no reporta una demanda desmedida ni descontrol en la aplicación de la eutanasia: el 97 por ciento de las peticiones que son presentadas al Comité de Evaluación proviene de un paciente lúcido y solamente dos de cada cinco son aprobadas. Esto se debe a los estrictos criterios de los miembros del Comité, que para otorgar un permiso para practicar eutanasia o un suicidio asistido exigen la petición escrita del paciente y la opinión de dos médicos independientes que aseguren que ya no hay más qué hacer en ese caso.
Así, para que sea aprobada la aplicación de la eutanasia, aun en Holanda, se requiere que el paciente padezca ?un insoportable sufrimiento, sin posibilidades de alivio ni ninguna alternativa razonable de curación?, condiciones que deberán ser avaladas por los médicos, pues si se atendiera sólo la voz del paciente, escucharían solamente su dolor, pero no su situación real.
?Esto tiene qué ver más con la forma en cómo el paciente ve la vida?, precisa el doctor Van Delden, quien fue miembro del Comité de Evaluación Remmelink, para el cual realizó diversas investigaciones sobre las decisiones médicas relacionadas con la conclusión de la vida. Es imprescindible que la eutanasia sea vista como un último recurso, advierte el médico, y no un simple escape a una situación dolorosa o el ejercicio de un ?derecho a la muerte?. ?Holanda no es el paraíso de la eutanasia. No es como si el paciente pudiera exigir su muerte sin que el médico opine?.
?Holanda no es el paraíso?
Durante una breve visita a México, el especialista impartió dos conferencias sobre el tema, en las que especificó que la llamada Ley 2002 no da apertura total a esta práctica, sino que creó una distancia mayor entre la criminalidad y la práctica médica, que aún tiene restricciones. El reto ahora, señaló, es humanizar la eutanasia, pues el tema se encuentra demasiado medicalizado, dando prioridad al análisis médico sobre la voluntad del paciente.
Aunque, como dijo el director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, Fernando Cano, resulta ingenuo pensar que la experiencia de Holanda sea aplicable en México y que el tema de una muerte con dignidad esté en sus albores, el grupo parlamentario del PRI en la Asamblea Legislativa presentó en noviembre pasado una iniciativa para legalizar la eutanasia, para lo cual había propuesto realizar un referéndum en febrero pasado que mostrara la opinión de la población capitalina a ese respecto, pero nunca se llevó a cabo. Sobre esta iniciativa, el profesor Van Delden recomendó a México avanzar en el tema, pero con mesura.
En entrevista, Van Delden sugirió, ante un contexto tan polémico y complicado como el mexicano, regular primero la abstención terapéutica, mejor conocida como eutanasia pasiva, que consiste en renunciar a la prolongación artificial de la vida dentro de un proceso de fallecimiento. Una vez establecido esto en la Ley, se pueden considerar la eutanasia activa y el suicidio asistido, precisó el catedrático.
Siendo la eutanasia un fenómeno importante en el contexto del cáncer y considerando que ese padecimiento es la segunda causa de muerte en México, urge una revisión objetiva al marco legal que tome en cuenta el sufrimiento del paciente, pero también que considere la eutanasia como el último recurso. ?Está más relacionado con la forma en cómo el paciente ve la vida que con sus posibilidades de sanación?, reiteró.
?¿El número de solicitudes en Holanda no habla, por sí mismo, de un gran sufrimiento?
??No, habla de un gran número de personas que creen que esta es la única salida. Allá tenemos médicos que les explican que no es así, que hay otras vías. Se habla de dignidad y a todos nos puede parecer indigno no poder hablar, no poder moverse, pero la verdad es que se puede intentar hacerlo más digno. Hay algo que se llama terapia de dignidad, que es una forma de hacer que ellos encuentren dignidad en la forma en que viven ahora?.
Van Delden subrayó que el objetivo de legalizar la eutanasia nunca fue ni será aplicarla a quien lo pida. ?No se trata de decirles ?Ok, ¿quieres morir? Perfecto, lo haré?. Se debe tratar de encontrar otra manera de lidiar con el problema que tiene?. Lo que se busca, dijo, es estar seguros de que se trata de una decisión bien analizada y consensuada, y que realmente es la única opción para terminar con el sufrimiento del paciente.
Actualmente, la eutanasia sólo es legal en Holanda, mientras que el suicidio asistido es permitido en ese país nórdico y en Oregon, Estados Unidos. La eutanasia pasiva, por otra parte, es permitida por la ausencia de acciones punibles, pero aún genera grandes dilemas éticos en la comunidad médica mundial, que ven la abstención terapéutica como una omisión en la labor primordial del médico, que es preservar la vida por todos los medios.