El ex ministro de Defensa venezolano y general en retiro Raúl Isaías Baduel rechazó hoy la reforma constitucional impulsada por el presidente Hugo Chávez por considerar que es un "golpe Estado", y llamó a los ciudadanos a repudiarla de forma "cívica" mediante el voto.
Baduel es considerado el artífice del regreso al gobierno de Chávez tras su breve derrocamiento en abril de 2002, y ejerció como ministro de Defensa hasta el pasado 7 de julio, cuando pasó a retiro y fue sustituido en el cargo por Gustavo Rangel Briceño.
"Manifiesto públicamente mi rechazo a esta reforma (...) los ciudadanos deben acudir de manera cívica" al referendo, porque el voto "es el arma que tenemos para evitar este fraude constituyente en marcha", declaró Baduel en una rueda de prensa.
De ser aprobada en el referendo convocado para el próximo 2 de diciembre, la reforma impulsada por Chávez "estaría consumando en la práctica un golpe de Estado, violando de manera descarada el contenido de la misma Constitución" de 1999, advirtió.
Los poderes Ejecutivo y Legislativo "están usurpando funciones que no le corresponden" al intentar "imponer" los "graves" e "innecesarios" cambios constitucionales, que son "regresivos, le quitan poder al pueblo, limitan los derechos fundamentales y alteran los fundamentos del Estado", argumentó Baduel.
"No es una reforma constitucional, no es una revisión (...) es una transformación del Estado", por lo que debió ser asumida por una "Asamblea Nacional Constituyente", dijo Baduel.
La propuesta "despoja a los ciudadanos de sus derechos y da al Ejecutivo poderes que lo hacen incontrolable por (parte de) los demás poderes y de la nación (...) siendo los pobres los más afectados, porque son los más débiles ante los atropellos del Estado cuando estos se presentan", alertó.
También "promueve la polarización y contribuye al enfrentamiento de los venezolanos", porque se ha presentado "en torno a una ideología" cuando una Constitución "debe ser un pacto social", sostuvo.
En su detallada exposición, refutó el argumento oficialista de que la reforma es necesaria porque la Constitución vigente "no es suficiente" para acelerar la instauración de un sistema socialista que garantice la equidad y la justicia.
La Carta Magna de 1999 "no ha sido dotada de los mecanismos necesarios" para su "efectivo" funcionamiento desde su aprobación, y "no impide para nada ejercer un gobierno socialista, con un gobierno de inclusión y amplio contenido social".
"No es pertinente, y mucho menos de la manera como se ha instrumentado, reforma constitucional alguna, ya que los problemas (nacionales) no tienen raíz en la Constitución (vigente) y tienen resolución haciendo que se cumpla" dicho texto, agregó.
El general en jefe retirado aseveró que la población debe exigir al gobierno que explique "claramente a qué socialismo" se pretende conducir a Venezuela y se "deje de engañar" al país con un supuesto "socialismo al estilo venezolano".
Añadió que ninguno de los artículos presentados a modificación "enfrenta los verdaderos problemas del país", entre los que mencionó "la pobreza, inseguridad personal, el desabastecimiento de alimentos y la inflación".
"Lo que sí deja ver (la reforma) son las claras intenciones que se tiene", afirmó, y reiteró a la "nación y al pueblo" que debe defender la Constitución "y no ser indiferentes ante este asunto tan grave".
El pasado 15 de agosto, Chávez presentó ante el Parlamento oficialista un proyecto de reforma de 33 artículos que fue ampliado a 69 por los diputados.
Los partidos de oposición, la cúpulas empresarial y de comerciantes y el Episcopado rechazan los cambios constitucionales por considerar que "acaban con la democracia", otorgan poderes "imperiales" a Chávez y lo "eternizan" en el poder, que asumió por primera vez en 1999.