EL PAÍS
Teherán, IRÁN.- Ni Faye Turney ha sido liberada, ni los diplomáticos británicos han tenido acceso a la marinera y sus 14 compañeros capturados por Guardias Revolucionarios iraníes el pasado viernes. El Gobierno de Teherán se retractó ayer de sus promesas con la excusa de que Londres presionaba demasiado. Su intención de buscar la condena de la ONU irritó a las autoridades iraníes. Pero fuentes diplomáticas europeas sospechan que el incidente es fruto de las diferencias internas sobre cómo afrontar el creciente cerco internacional a la República Islámica. Irán exige que Londres se disculpe por el incidente.
“La liberación de la soldado británica se ha suspendido debido al comportamiento de Londres”, confirmó el general Alireza Afshar, miembro del Estado Mayor iraní, citado por la agencia semioficial Mehr. Poco antes, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Lariyaní, había advertido que su país podía retrasar la liberación de Turney si el Reino Unido “mostraba el comportamiento equivocado y montaba un escándalo”.
Lariyaní se refería a la intención de Londres de buscar una condena del Consejo de Seguridad después de que sus gestiones diplomáticas discretas no hubieran dado ningún resultado. La noticia supuso un jarro de agua fría tras las esperanzas suscitadas por las palabras del ministro iraní de Exteriores, Manuchehr Mottaki. El día anterior, Mottaki había declarado en Riyadh, donde asistía a la cumbre árabe, que Irán iba a liberar a Turney “hoy (ayer) o mañana (hoy)”. El jefe de la diplomacia iraní también mencionó en una entrevista que se estaban “tomando medidas” para facilitar la asistencia consular a los detenidos. Pero el embajador británico en Teherán, Geoffrey Adams, volvió con las manos vacías de su nueva visita al Ministerio de Exteriores iraní.
Más allá de que la captura se produjera en aguas disputadas, la implicación de los Guardias Revolucionarios añade una dimensión política a la crisis. “Ese pilar del régimen islámico se ha visto particularmente acosado en los últimos meses”, señala un observador en referencia a la detención por Estados Unidos de cinco de sus miembros destinados en Irak o a la reciente deserción de un antiguo comandante del cuerpo. Aún así, la fuente duda que el paso se haya dado sin autorización de las más altas instancias.
“Cuanto más dure, más complicado va a ser salir de ella y más riesgo de que se enquiste”, añade un diplomático que pidió el anonimato.
Tal sería el caso si el asunto se deriva finalmente hacia la vía judicial, tal como dejó entrever ayer Lariyaní, uno de los responsables considerado moderado dentro del régimen y que se había mantenido al margen de la crisis.
