TLAHUALILO, DGO.- Más de diez meses han transcurrido luego del asesinato de un taxista y hasta la fecha no se tienen pistas que permitan el esclarecimiento del crimen. Los padres de la víctima piden justicia.
Julia Ramos Medrano y su esposo Daniel Orona Esquivel, padres del occiso, acudieron ayer a las instalaciones de la Subprocuraduría de Justicia, para pedir que se agilicen las investigaciones y se detenga al o los asesinos de su hijo.
“Ahora tendremos que esperar a que el nuevo agente del Ministerio Público que lleva el caso lo conozca, aunque nos dijo que las investigaciones van bien, pero el problema es que siempre nos han dicho lo mismo”, dice don Daniel un tanto molesto, al igual que doña Julia.
Como se informó en su oportunidad, el occiso llevaba por nombre Juan Orona Ramos, de 44 años, con domicilio en calle Jacarandas número 210 del fraccionamiento Parque Hundido, de esta ciudad.
Juan fue encontrado a las 15:20 horas del lunes cinco de junio de 2006 en el camino vecinal de terracería ubicado a un costado del canal de Tlahualilo, que comunica al poblado puente La Torreña, a bordo del automóvil Nissan Tsuru, color blanco con franjas naranja, modelo 2000, placas 5857-DYD, número económico 110 de la base Eco Taxi Alianza.
Juan, quien se encontraba en el asiento del conductor, presentaba una herida de bala en región occipital del lado derecho y de acuerdo con las primeras investigaciones, se descarta el robo, toda vez que no le faltaba nada al vehículo y la víctima traía sus pertenencias.
Felipe Morales Soto, con domicilio en la colonia Nuevo Los Álamos, propietario del taxi, manifiesta que conocía a Juan desde hace diez años y lo contrató un mes atrás. La noche del domingo Felipe le llevó el taxi al hoy occiso hasta su domicilio, pero como no lo encontró lo dejó a la esposa.
María del Rosario Moreno González, de 41 años, esposa de Juan, declara que Juan se pasa temporadas de seis o siete meses en Estados Unidos y ya tenía en la ciudad tres meses, uno de los cuales llevaba de taxista.
Precisa la esposa que Juan salió a trabajar a las cinco y media del lunes y quedaron de verse a las tres de la tarde que pasaría por ella a casa de su mamá, pero ya nunca volvió.