El Estado deberá retomar su participación como parte de la solución de los problemas y no como parte de ellos, señala el secretario general de la OEA.
Para José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Latinoamérica no existe el eje del mal —Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba—; lo que prevalece en la actualidad, dice, son problemas comunes y la voluntad política “sin distinciones ideológicas” de los gobiernos de América Latina, para avanzar hacia una mayor integración —no sólo económica— y desarrollo del continente.
Cree en una América Latina unida desde México hasta Tierra del Fuego, pero es realista: advierte que esta condición de unificación de intereses, donde la nación mexicana debería desarrollar un papel más importante, sólo se presentará en la medida en que nadie imponga su idea a los demás de cómo lograr estos objetivos comunes.
Insulza identifica que este tipo de imposición de modelos de desarrollo constituye una fragmentación compleja en la región de Latinoamérica que puede limitar su avance, pues la intención de unos países de imponerles políticas o “verdades absolutas” a otros y de decirles cómo tiene que hacer las cosas, puede generar distanciamientos.
Al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de quien recibiera insultos por manifestarse en contra la nacionalización de empresas eléctricas en la nación venezolana, Insulza no lo considera como un elemento de fragmentación, ni como cabeza de un bloque que se contrapone o choca con otras propuestas de integración en América Latina.
“Él defiende con energía sus puntos de vista. Un tema importante de desarrollo es que los países con más recursos puedan poner mayor inversión a favor de la integración y en ese sentido Venezuela aporta estos recursos me parece estupendo, ojalá otros lo imitaran porque la integración europea fue posible cuando algunos que tenían más pusieron recursos para los que tenían menos”.
Subraya que “lo urgente y necesario en América Latina es que se entienda que hay diferentes verdades, realidades y propuestas y por tanto hay que respetarlas y juntos se puede avanzar sobre las cosas que tenemos en común. Creo en una América Latina unida desde México hasta Tierra del Fuego, pero creo también que hay agrupaciones regionales muy importantes, que pueden ir avanzando en un proceso de integración que resulte en mayor desarrollo económico regional y mejores condiciones de vida de las sociedades”.
Reconoce, en entrevista, después de su participación en el seminario “América Latina: ¿Integración o Fragmentación?”, llevado a cabo en la Ciudad de México, que el Estado deberá retomar su participación como parte de la solución de los problemas y no como parte de ellos. “Uno puede hacer muchas cosas en materia de pobreza, pero lo central es que el Estado esté decidido a hacerlo de manera conjunta con el sector privado”.
Quien fuera ministro del Interior de Chile y vicepresidente durante la Administración de Ricardo Lagos, enumera los múltiples problemas que tiene frente a sí como retos la región: Fragilidad de las instituciones, falta de proyectos de largo plazo que dificultan el desarrollo económico; pobreza, gobernabilidad, discriminación, y en lugar de guerras como sucede en otras regiones del mundo: delito, crimen organizado, tasas altas de homicidios, narcotráfico, lavado de dinero.
—¿La lucha contra el crimen organizado ha hecho que algunos países como México pongan especial esfuerzo en la región, esto entorpece el intento de un país por crecer en otros ámbitos?
—El combate al crimen es una política social, en un país donde existe democracia y un sistema de desarrollo económico, la gente tiene derecho a construir sus espacios, un ambiente seguro para su familia. Por lo tanto creo que la eliminación del crimen y de la delincuencia es una política social al mismo nivel que las de educación, salud y vivienda.
Lo que pasa es que es más dura y más difícil y sus resultados a veces son más complejos. Creo que una sociedad no puede ser democrática por mucho tiempo, teniendo niveles altos de crimen y delincuencia organizada.
—¿La lucha regional contra el crimen organizado, especialmente contra el narcotráfico, debe ser más aguerrida?
—El crimen es cada vez más trasnacional, los narcotraficantes no se demoran nada de pasar de un país a otro y el dinero que se “lava” pasa por vía electrónica. Nosotros tenemos que tener acuerdos internacionales que nos permitan perseguir al delito trasnacionalmente. Estamos haciendo un gran esfuerzo, pero no es suficiente, hace falta más cooperación, más esfuerzos, más intercambios de nuestras policías.
‘América Latina combate mal la delincuencia’
América Latina combate “bastante mal” a la delincuencia, aseguró el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
El chileno afirmó que en la región están los países con mayor índice mundial en homicidios en tiempo de paz.
“No tenemos los problemas que tienen hoy día en el mundo asiático, africano, pero en materia de delitos lo hacemos bastante mal, existen países en nuestra región en los cuales la cantidad de homicidios anuales es las más alta del mundo, existe crimen urbano, tráfico de personas, de drogas, ‘lavado’ de dinero, existe tráfico de personas.
“Todavía nos quedan muchas tareas pendientes, donde en algún momento se sembraron muchas minas, las pandillas juveniles, todo esto son los problemas de seguridad real en América Latina”, dijo durante una plática con estudiantes de la Universidad Panamericana.
Aseguró que la “Mara Salvatrucha” es causada por la marginalidad que padecen los jóvenes en sus países, una vez que regresan tras permanecer en cárceles de Estados Unidos, por lo que se debe trabajar en programas que ofrezcan alternativas a ese sector.
Insulza aseguró que el trabajo de la OEA en materia de derechos humanos ha dado buenos resultados, pues los responsables no son ciudadanos de los países que son analizados.
