MÉXICO, D.F.- Asomarse al pasado hasta el instante inmediato a la gran explosión (Big Bang) - que supuestamente dio origen al universo -, permitiría divisar una aproximación que ayudaría a descubrir las formas ocultas de dimensiones alternas. Según físicos de la Universidad de Wisconsin-Madison (UW-M), un nuevo estudio efectuado al respecto demostró que las formas de otras dimensiones pueden ser "vistas" al descifrar su influencia en la energía cósmica liberada por el violento nacimiento del universo hace 13 mil millones de años.
El método, publicado en la revista Physical Review Letters, proporciona evidencia de que los físicos pueden utilizar datos experimentales para discernir la naturaleza de estas elusivas dimensiones, cuya existencia resulta un elemento clave, aunque aún no probado de la llamada Teoría de Cuerdas, una de las más fuertes para unificar la "teoría de todo", es decir de los niveles macro y microcósmicos.
La Teoría de Cuerdas propone que todo en el universo está hecho de delgadas cuerdas de energía que vibran para abarcar los principios físicos de todos los objetos: desde las partículas subatómicas hasta las inmensas galaxias. Sin embargo, y a pesar de ser la líder al momento de explicar el cosmos, esta teoría permanece a la fecha sin ser probada.
Las matemáticas de la Teoría de Cuerdas sugieren que el mundo que conocemos no está completo, pues además de las cuatro dimensiones con que estamos familiarizados (tres espaciales y el tiempo), predice la existencia de otras seis dimensiones espaciales "ocultas".
"No se preocupe si no puede observar un mundo de 10 dimensiones. Nuestra mente está acostumbrada a percibir sólo tres dimensiones espaciales y carece de un marco de referencia para las otras seis", dijo Gary Shiu, líder del estudio.
A pesar de que los científicos se valen de computadoras para visualizar cómo es que estas seis dimensiones podrían verse, en realidad nadie sabe con seguridad qué forma podrían tener. En ese sentido, el trabajo de Shiu aportaría nuevos fundamentos para medir estos aspectos previamente inconmensurables.
Según la matemática de dicha teoría, las dimensiones extra podrían adoptar cualquiera de decenas de miles de formas posibles, cada una de las cuales correspondería, al menos teóricamente, a su propio universo, regido por sus propias leyes físicas.
En el caso de nuestro universo "la naturaleza eligió una y deseamos saber qué forma tiene", explicó Henry Tye, físico de la Universidad de Cornell, quien no está involucrado en la investigación que conduce Shiu.
Por su parte, este último dice que las múltiples formas dimensionales son tan pequeñas para ser vistas o medidas a través de las técnicas convencionales de observación, que hace que este aspecto crucial de la Teoría de Cuerdas resulte muy difícil.
"Uno puede teorizar acerca de cualquier cosa, pero debe ser capaz de demostrar sus ideas con experimentos. Aquí el problema es justamente cómo probar la teoría", señaló.
Junto con Bret Underwood, Shiu volvió la mirada hacia el cielo en busca de inspiración. Su aproximación teórica se basa en la idea de que las seis dimensiones extra ejercieron su influencia más fuerte sobre el universo cuando éste era sólo una pequeña mota de materia y energía altamente comprimidas, es decir, justo en el instante posterior al Big Bang.
"Nuestra idea fue regresar en el tiempo para ver lo que había ocurrido en ese momento; pero en realidad no podemos hacer eso, así que utilizamos un mapa de energía cósmica liberada por el Big Bang. Los resultados que obtuvimos con formas simples, bien comprendidas, dan prueba del concepto de que la geometría de dimensiones ocultas podría ser descifrada a partir de patrones de energía cósmica. Esto proporciona una rara oportunidad para probar la Teoría de Cuerdas", concluyó Shiu. (UW-M)