Autoridades sospechan que el atentado intenta ?descarrilar? el proceso de diálogo con Pakistán.
Agencias
Nueva Delhi, India.- Al menos 67 personas han muerto en un atentado con explosivos contra el llamado Expreso de la Concordia, una de las pocas líneas de tren que unen la India y Pakistán, cuyos Gobiernos renovaron ayer su voluntad de diálogo al mantener la agenda de la nueva ronda de conversaciones, que comienza mañana miércoles.
Dos bombas explotaron en torno a la medianoche de ayer en sendos vagones del Samjhauta Express, que une Nueva Delhi con la ciudad paquistaní de Lahore, y acabaron con la vida de 67 personas -según la última cifra oficial-, la mayoría a causa del fuego avivado por el queroseno empleado por los terroristas y la propia velocidad del tren.
Las explosiones ocurrieron a unos 90 kilómetros de la capital india, cuando el tren estaba aproximándose a la pequeña localidad de Panipat, en el estado indio de Haryana, y la mayoría de los pasajeros estaban durmiendo.
?Ellos gritaban, pero ninguno pudo salir?, dijo Rayinder Prasad, de 49 años, uno de los aldeanos que trataron de rescatar a las personas atrapadas detrás de las ventanillas enrejadas y de una puerta sellada por el calor del incendio.
Los aldeanos tomaron agua de un embalse y la arrojaron a las llamas que se elevaban encima de los vagones. Trataron de abrir una puerta, pero el calor intenso se los impidió.
Poco después, los gritos cesaron.
?No pudimos salvar a nadie?, lamentó Prasad.
De los 757 pasajeros que viajaban en el expreso, 553 eran paquistaníes, según datos del ministro paquistaní de Ferrocarriles, Sheikh Rashid Ahmad.
Se sospecha, por tanto, que la mayoría de las víctimas son paquistaníes, si bien sólo nueve -seis paquistaníes y tres indios- han sido identificadas hasta el momento pues los cadáveres están carbonizados, dijo una fuente policial india citada por la agencia local PTI.
Los investigadores han rastreado los vagones incendiados en busca de restos de pasaportes, joyas o enseres que puedan ayudar a los familiares a identificar a sus seres queridos, añadió.
Las investigaciones preliminares sobre el material encontrado en los dos vagones destrozados revelan que el explosivo usado era de baja potencia, una mezcla de sulfuro y nitrato de potasio con queroseno como combustible propagador.
Los artefactos estaban ocultos entre la ropa en dos maletas y disponían de un dispositivo detonador, según una fuente oficial citada por la PTI. En el convoy, la Policía halló otras tres maletas con explosivos sin detonar.
Tras las explosiones, los equipos de rescate trasladaron a los heridos al hospital de Panipat y a 12 en estado muy grave a Nueva Delhi, y unas horas después el tren continuó su marcha una vez desenganchados los vagones atacados.
Un total de 527 supervivientes cruzaron ayer la frontera camino de Lahore, donde la India ha dispuesto una oficina de emergencia para dar visados especiales a los familiares de las víctimas.
La línea de tren atacada fue inaugurada en 1976, cuando cubría una distancia de 42 kilómetros entre Amristar y Lahore, y quedó suspendida en enero de 2002 tras un atentado contra el Parlamento indio, para ser reanudada dos años después y ampliada hasta Nueva Delhi.
Con dos viajes a la semana, está concebida como un servicio de máxima seguridad pues lleva personal especial de vigilancia y no hace ninguna parada hasta la frontera con Pakistán, por lo que los investigadores deducen que las bombas fueron colocadas en Nueva Delhi.
Autoridades indias percibieron tras el atentado un intento de hacer ?descarrilar? el proceso de diálogo con Pakistán.
El primer ministro paquistaní, Shaukat Aziz, llamó ayer por teléfono a su colega indio, Manmohan Singh, quien le prometió castigar a los culpables de este ?atroz? atentado.
El titular de Exteriores de Pakistán, Khurshid Kasuri, destacó la coincidencia del ataque con la nueva ronda de diálogo y consideró que ?debería servir de ímpetu para que la India y Pakistán avancen en el proceso de paz con sinceridad aún mayor y un sentido de propósito?. Kasuri llega mañana miércoles a Nueva Delhi al frente de una delegación para la nueva ronda de negociaciones con la India.