La inmigración y la lucha contra el narco protagonizaron la última etapa de la gira de Bush.
El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, se mostró optimista en que en su país salga, ahora sí, una reforma migratoria integral, aunque dijo que no apuesta al tema porque "no soy apostador, no me gusta apostar, porque cuando apuesto normalmente pierdo".
En conferencia de prensa conjunta con su homólogo de México, Felipe Calderón, Bush se comprometió a dialogar con los integrantes del Congreso de su país, tanto republicanos como demócratas, para sacar adelante la reforma migratoria, en la cual haya equilibrio.
Al ofrecer un balance positivo de su estancia en este país y del encuentro bilateral que sostuvo con Calderón, reconoció que la amnistía no se aprobará; no habrá ciudadanía automática porque no es la solución, pero tampoco se buscará sacar a la gente pues no es una situación realista, se buscará un término intermedio, señaló.