Suponen que extorsionadores estaban dentro de la misma Cámara.
MÉXICO, DF.- La extorsión telefónica, que ha afectado a cientos de personas en el país, llegó ayer a la Cámara de Diputados.
Al menos seis diputados, entre ellos el torreonense Jesús Flores Morfín, fueron víctimas de extorsión telefónica durante la sesión de ayer en la Cámara Baja, cuando en plena sesión recibieron llamadas de personas que les exigieron dinero y les dijeron tener ubicados o incluso secuestrados a familiares. Todo resultó en falsa alarma.
Además de Flores Morfín, recibieron amenazas los diputados Pedro Pulido (Veracruz), Francisco Dávila (Aguascalientes), Mirna Rincón (Baja California), Alma Alcaraz (Sinaloa) y Lizbeth Medina (Yucatán), todos del PAN. Se supo que al menos dos priistas habrían recibido amenazas, pero no fueron identificados.
Poco después de las dos de la tarde, la presidenta de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, informó al pleno de las extorsiones que se llevaron a cabo en plena sesión y tuvo que suspenderla, al considerar que las amenazas estaban “fuera de control”. Por la tarde, agentes del Ministerio Público acudieron al Palacio Legislativo para tomar las declaraciones de los diputados.
Zavaleta sugirió que las extorsiones podrían venir desde adentro de la Cámara pues los autores de las llamadas describieron a sus víctimas cómo estaban vestidos o qué hacían en ese momento.
También se supo que los extorsionadores indicaron a los legisladores que hicieran depósitos en bancos dentro del Palacio de San Lázaro.
Flores Morfín, quien también es presidente estatal del PAN, narró que alrededor de las 2 de la tarde recibió una llamada en su celular cuando estaba en su oficina y escuchó una voz de mujer que le dijo que estaba “encajuelada”. “Creí que era mi hija”, dijo el diputado.
Después, una voz de hombre le exigió depositar 300 mil pesos en una sucursal bancaria del Palacio. Mientras tanto, en un pizarrón de su oficina, frente a sus ayudantes, Flores Morfín comenzó a apuntar lo que sucedía para pedirles que ubicaran a sus familiares.
“Lo que me salvó fue el pizarrón y las personas que me ayudaron”, dijo al relatar que trató de ganar tiempo al extorsionador diciéndole que había más gente en el banco. Media hora después, cuando le confirmaron que sus hijos estaban bien, colgó el celular.
La amenaza del secuestro fue usada contra otros. La diputada yucateca Lizbeth Medina, narró que alcanzó a escuchar por teléfono cuatro veces que le gritaban “¡Mamá!”, suponiendo que un hijo estaba secuestrado.
Pero dijo que se comunicó inmediatamente a su casa de Yucatán donde le dijeron que su familia estaba bien, por lo que desestimó la amenaza.
Por su parte, Pedro Pulido, de Veracruz, relató la llamada de un hombre que le exigió entregarle los 240 mil pesos que el mismo legislador había depositado antier en un banco.
Pulido dijo que no sabe hasta el momento quién pudo saber de ese depósito que él había realizado, pero optó por no hacer caso de la llamada. “Pensé que hasta era una broma y mejor colgué, no hice caso a la llamada”, dijo.
