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Falla de radares en Brasil atiza miedo de pasajeros

EFE

Cortocircuito en los sistemas de control aéreo pone en riesgo la seguridad de los vuelos.

Buena parte del sistema de control de vuelos de Brasil quedó ayer sin comunicación ni radares, pocas horas después que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó en un mensaje a la nación que el sistema aéreo del país es seguro.

Mientras los brasileños en luto buscan los culpables de la peor tragedia de la aviación comercial del país -que mató a 200 personas el martes pasado en Sao Paulo- un “cortocircuito” en los sistemas de control puso en riesgo la seguridad de los vuelos.

El llamado Cindacta IV (Centro Integrado de Defensa Aérea y Control de Tráfico Aéreo) de la ciudad de Manaus, capital del estado de Amazonas, quedó fuera de operaciones ayer y afectó la comunicación de vuelos entre el norte de Brasil, América Central y del Norte, informó la Fuerza Aérea de Brasil sin precisar las causas.

El presidente de Infraero (la estatal que administra los aeropuertos del país), José Carlos Pereira, dijo a periodistas que fue notificado de que hubo “un colapso eléctrico y el sistema salió del aire con los radares y comunicaciones por cerca de dos horas”.

Pereira dijo que “ningún incidente” fue registrado durante el cortocircuito, aunque hubo atrasos en todos los aeropuertos controlados por el Cindacta IV, que se reflejaron en el resto del país.

Vuelos internacionales en curso tuvieron que regresar a sus aeropuertos de origen y el espacio aéreo del norte del país quedó paralizado.

El Cindacta IV es responsable por la seguridad en toda la Amazonía brasileña, un área de unos cinco millones de kilómetros cuadrados que además sirve de corredor para la mayoría de los vuelos internacionales que van o salen de toda Suramérica.

El viernes, tres días después de la tragedia del Airbus, Lula ocupó los canales de radio y televisión para dar su pésame a los familiares de las víctimas y prometer medidas para resolver los problemas de la aviación.

“El nivel de seguridad del sistema aéreo brasileño es compatible con todos los padrones internacionales”, dijo al pedir “no precipitarse” en los juicios sobre el accidente.

Una fuerte corriente de opinión pública se reavivó ayer en los medios brasileños, que atribuyen el desastre del avión de TAM no a una fatalidad, sino a la suma de una serie de ineficiencias.

Los sistemas Cindacta, esparcidos en forma de columna de sur a norte de Brasil, controlan corredores de vuelos comerciales y civiles y son manejados por militares y técnicos subordinados a la Fuerza Aérea, que a menudo levantan huelgas o protestas encubiertas.

La Aeronáutica informó que el fallo, originado a las primeras horas de ayer, duró dos horas, más otras dos para que todos los sistemas volvieran a la plena normalidad.

El Cindacta IV responde por los estados Amazonas, Roraima, Mato Grosso y Pará.

Bajo su jurisdicción volaba un avión Boeing de la aerolínea Gol que se precipitó en la densa selva amazónica el 29 de septiembre pasado, matando 254 personas, tras chocar a 37 mil pies de altura con un jet ejecutivo que iba rumbo a Estados Unidos.

Las investigaciones de la que hasta el martes pasado había sido la peor tragedia de la aviación brasileña atribuyen el accidente a fallas de los controladores aéreos de las torres de Brasilia y Manaus.

Los controladores alegan que el Cindacta IV deja “agujeros negros” en el norte de Brasil en los que los aviones quedan fuera de los radares.

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