(Cuarta parte)
El otro día tuve una agradable sorpresa con uno de los estudiantes; un ingeniero que por más de tres años estuve invitando para que asistiera al curso y por una u otra causa siempre lo posponía, hasta que algo pasó y tuve la suerte de verlo en uno de los grupos.
Casi un año después de aquella experiencia, se presentó en mi oficina. Mostraba aquel hombre una cara radiante, dichoso, sonriente, cuando lo vi entrar y al darle un abrazo de saludo me dice con una profunda emoción: ?¡No sabes Germán, de qué pozo tan profundo me sacaste!? y luego me explicó una serie de situaciones por las que estaba pasando, pero que gracias a los conceptos del curso, había logrado que todo cambiara.
Desde luego que ésa es sólo una situación real, que todos podemos cambiar, pero lo cierto es que no a todos les funciona igual, pues algunos sí quieren salir del pozo donde se encuentran, mientras otros todo lo que hacen es remolinearse en la silla, o en el lugar donde se encuentran pero no se deciden a dar el brinco.
?Si mi situación actual depende de mi pasado y mi pasado no lo puedo cambiar, estaré sentenciado a seguir así...??. Esta nueva frase si la analizamos detenidamente, nos puede dar un mensaje muy profundo del comportamiento de nuestra vida pasada.
?Si mi situación actual... Es decir, si la manera como ahora estoy viviendo la vida, una vida llena de pobreza, de miseria, de limitaciones, llena de enfermedades, de tragedias, etc., y todo lo justificamos ?Porque así nos lo enseñaron?, ?Porque no puede ser de otra manera?, etc... ¿Estaré entonces sentenciado de por vida a seguir así...?, ¿ya no habrá remedio...?, ¿ya nos tocará sufrir...? ¿Cuál es la respuesta? NO... NO...
Claro que no, si hemos seguido con atención la lectura de estos artículos, si lo hemos analizado, si lo hemos meditado, comprendido, pero lo más importante, ?Si lo hemos puesto en práctica?, creo definitivamente que no ?tenemos por qué seguir así?.
Hace tiempo impartí un curso a los internos del CERESO de Torreón, Coah., y en ese grupo se encontraba una persona que según los que lo conocían, era un terrible asesino. Inclusive me cuestionaban, un tanto incrédulos: ?Oye Germán, y ¿no tienes miedo de encerrarte en ese taller donde impartes el curso con esa gente??. Claro que no, respondí enfáticamente. Pues son personas como nosotros, sólo que por sus grabaciones o sus programaciones, ahora se encuentran en situación difícil.
En cada día del curso teníamos un receso para tomar alimentos y los asistentes me hacían la invitación de ir con ellos a sus celdas a compartir conmigo su comida, un señor ya grande me contaba la historia de cómo había llegado ahí, en un momento que le marcaba para siempre su vida, le gustaban mucho los camiones, pues a eso se dedicaba antes de ingresar a ese lugar, cada uno tiene la oportunidad de aprender un oficio, él hacia cuadros y me decía -escoja uno de los que he hecho aquí-, y lo conservo aún como un recuerdo de esa experiencia. Por lo que no hay que juzgar a nadie pues cada quien tiene su propia historia, que tiene un origen, una causa y evidentemente un efecto.
Cuando terminamos el curso, aquel joven que según los demás, era un terrible asesino, me acompañó hasta la salida de la prisión, colgado de mi brazo y en forma confidencial me dice con los ojos llenos de lágrimas: ?¡cómo no oí esto antes Ing. Germán, le juro que yo no hubiera llegado a lo que soy!?.
Y claro que le creí, pues siendo que aquel joven todo lo que vio durante toda su vida familiar fue violencia, agresividad, dolor, miedo ya que ésa fue toda su enseñanza, él no podía actuar de otra manera. Pero ahora que había comprendido cuál fue su situación, podía cambiar su ?condición? y realmente vivir y disfrutar la vida.
Por otro lado, dejé a un lado esa expectativa, de que si así ha sido toda la vida, así tiene que seguir siendo de generación en generación, ahora va a poder comprender cuál ha sido la situación por la que ha pasado, que ya no la puede cambiar, acéptelo como una experiencia en su vida, ?perdónelo definitivamente?, reprograme su mente, ponga una nueva imagen en su futuro y empiece a reforzarla hasta que ese ?destino? se haga realidad.
Otra limitación muy fuerte que tenemos dentro de nuestra vida, es el ?resentimiento?, esa actitud negativa que nos hace vivir y volver a vivir cada vez los mismos errores, las mismas angustias, los mismos corajes, cada vez que nos acordamos de aquella situación que nos lastimó.
Cuando una pareja se divorcia y la señora tiene que trabajar para salir adelante, y luego se da cuenta que su ex esposo se volvió a casar con otra mujer, y si ella sabe por buenas fuentes que ahora él es feliz, de ahí en adelante esta mujer caerá en un terrible resentimiento contra todos los hombres y lo más dramático, contra todas aquellas personas que sean felices (también el caso contrario).
De tal manera que le dolerá ver la felicidad a su lado y hará todo lo posible por sembrar la cizaña, la envidia y no descansará hasta ver que aquella persona caiga también en la trampa del odio y del resentimiento.
La única manera de poderse liberar de esos resentimientos, es apreciar la realidad, ser lo suficientemente sincero para reconocer que la causa por la que hemos pasado esos fracasos o sin sabores en la vida es sólo culpa nuestra y de nadie más, por lo tanto, tenemos que ?perdonar? hasta que nos liberemos definitivamente de ese odio y ese resentimiento.
Tal vez el siguiente consejo sea un poco amargo y sobre todo un mucho de increíble y tal vez lo más terrible, casi imposible de realizar: ?ponga en su mente a esa persona que más le haya ofendido y dígale sinceramente ?te bendigo, te deseo todo el éxito, toda la felicidad y toda la salud del mundo-?. Haga este ejercicio varios días, verá cómo pronto empiezan a suceder ?milagros? o cosas increíbles a su alrededor.
Conocí el caso de una persona que se divorció y quedó tan resentida porque según ella su pareja nunca fue amable, nunca la hizo sentir importante, nunca le dio amor ni comprensión, pero lo que más le dolió, fue que tuvo que pagar un cheque ?botador? girado por su pareja, lo tuvo que pagar en abonos pues era un cheque de una cantidad considerable.
Cuando se le dio el consejo de que bendijera y le deseara toda la clase de éxitos a su antigua pareja, en principio se resistió, pero cuando entendió que si no lo perdonaba, siempre estaría atada a ella a través del odio y del resentimiento, actuó y empezó a decirle que la perdonaba, que fuera feliz y que tuviera el éxito económico que ella merecía.
No habían pasado quince días, cuando el ex marido le llamó por teléfono, le pidió que le permitiera visitarla, pues hacía varios años que no había sabido nada de ella. Cuando llegó a su lado, puso sobre sus manos varios billetes hasta completar el valor de aquel cheque, que a él ya se le había olvidado, pero inexplicablemente, en días anteriores le había estado molestando el recuerdo de que ella hubiera tenido que pagarlo. Continuará...
Esperamos seguir contando con su atención en ésta su columna y agradecemos los comentarios recibidos sobre estos temas tan interesantes y de las muchas personas que han compartido sus casos con nosotros. Los esperamos en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales:
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Reiteramos nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la quinta parte de Origen Causa y Efecto de la serie y próximo libro Despertar... es. Gracias por su atención.
?QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR?.