(Novena parte)
“Será un estorbo...”. Ésta es otra situación muy conflictiva que sucede en nuestra vida intrauterina.
Cuando la señora ya está muy avanzada en su embarazo, ya no puede realizar las tareas domésticas, ya no se puede agachar, le duelen los pies, las piernas, se sofoca mucho, no puede conducir su automóvil, pues ya no cabe entre el asiento y el volante, etc., etc., y ahora empieza a decir, pensar o sentir: ¿Cuándo saldré de este estorbo?; ya me dan ansias que no salgo de esto; cómo me estorba esta panza; ya no me queda ningún vestido, ¡ya quisiera haber salido de esta situación! Etc., etc.
Recuerde que dijimos, cuando hablamos sobre el mecanismo de la mente, que lo que la mamá piensa el niño lo recibe inmediatamente, porque ese pequeño ser, va a vivir programado para ser un estorbo. Pues son esos niños que siempre van a estar sentados donde no deben, y luego sus padres le dicen: “-quítate de en medio, cómo estorbas”-, -“hazte a un lado muchacho, cómo estorbas, ¡cómo estorbas!”-, -“Cómo estorbas, cómo estorbas, cómo estorbas”-, y se lo repiten constantemente.
Así que cuando llegan a las empresas, son esas personas que pronto ocupan un puesto de muy relativa importancia en la escala jerárquica del organigrama de la empresa, no suben más, pero no dejan que nadie suba, pues se enquistan en el puesto, ponen todos los obstáculos habidos y por haber para que nadie pase por donde ellos están, pues su orden es estorbar.
Muchas empresas pierden muy buenos elementos, porque alguien de su organización no ha querido moverse, subir, proyectarse y los buenos empleados prefieren irse a otro lado donde haya mejores oportunidades.
Así que es momento amigo(a) mío(a) de hacer un examen de conciencia y ver si no es éste nuestro caso, cuántos años tiene usted trabajando en la empresa en que ahora presta sus servicios y cuántos años lleva en el mismo puesto, ¿cuántos puestos de nueva creación han surgido que han sido ocupados por nuevos elementos, que en poco tiempo han subido mucho más alto que usted?
En los registros, de las personas que asisten a mis cursos hay un renglón donde cada uno anota este dato y algunos con mucho orgullo escriben: “Subjefe del departamento de... 18 años”. Toda una vida en el mismo trabajo, en el mismo departamento, con la misma rutina.
Claro que estas personas justifican su aparente conformismo con explicaciones como ésta: -¿Para qué me busco más problemas? Aquí estoy muy a gusto-. -Para qué le busco, si este trabajo ya me lo sé perfectamente-. –A mí no me han dado oportunidad-. –La empresa no me aprecia-. –Aquí hay mucho favoritismo con los nuevos-. En fin, excusas, pretextos, pero la realidad es que nosotros no hemos hecho nada por salir de donde estamos.
Cuando terminé mi carrera de ingeniería, entré a trabajar a una empresa de motores europea en la ciudad de Gómez Palacio, Dgo., y teníamos qué capacitarnos en Europa en los procesos específicos de arranque. Antes de irme a Francia, por contacto de un amigo que trabajaba en una empresa transnacional, el director y dueño de esa empresa me citó en su oficina para una entrevista y propuesta de trabajo. (La entrevista la tuvimos en francés). Sé por referencias del ingeniero Gómez que te irás a Francia a capacitar para la empresa que trabajas. Mira aquí necesitamos un ingeniero con tus características y sé de antemano cuánto ganas, te pido que consideres esta oferta... Me triplicaba lo que entonces ganaba. Estarás en caso que aceptes, tres meses aquí en México conociendo los procesos, después te irás tres meses a Colombia, a capacitarte en los procesos de ensamble, estarás después tres meses en New York para conocer todo lo referente al aspecto comercial, financiero y directivo para después irte definitivamente a Francia y hacerte cargo del mercado francés, de África y Medio Oriente. A la edad de 21 años, por supuesto que acepté.
Pasó el tiempo y a mi regreso a la industrio química, en el área de operación pasé muy poco tiempo en esa área, pues pronto ocupé una gerencia de desarrollo humano y calidad, ahí me involucré con proyectos de la zona norte del país y permanecí en esta empresa paraestatal durante cinco años, hasta que fue privatizada y con ello tuvimos que dejar la empresa los funcionarios de cierto nivel.
Desde ese tiempo me independicé y fundé un despacho de consultaría empresarial, y creamos un comité de ayuda mutua para la sociedad, ya que en los noventas se venía la avenida del río Nazas y no había quién se hiciera cargo de coordinar las actividades en defensa de la sociedad y de las principales organizaciones, instituciones y empresas de la Comarca Lagunera. Usted recordará el CLAM (Comité Lagunero de Ayuda Mutua) del cual soy el presidente fundador. Después se empezaron a crear las direcciones de Protección Civil y por el puesto que tenía como presidente del CLAM y por petición de los presidentes municipales de Cd. Lerdo, Dgo., Gómez Palacio, Dgo., y Torreón, Coah., fui el director fundador de la Protección Civil en dichas ciudades y en sus tiempos respectivos, así como el coordinador de la Protección Civil de la Comarca Lagunera de Coahuila por parte del Gobierno del Estado. En este puesto también revolucionamos la actividad al aprovechar convenios de cooperación internacional con la Comunidad Económica Europea y particularmente con Francia, así que nos fuimos a este país galo a adquirir la experiencia teórico-práctica para crear un Instituto de Formación de la Protección Civil para América Latina.
Imagínese la cantidad de personas que he tratado a lo largo de estos años sólo en consultorías, talleres, conferencias y seminarios, casi doscientas mil personas en México y el extranjero. Cuando me las encuentro en diversos lugares o en las empresas de las que soy asesor consultor, muchas de ellas están en los mismos puestos en que hace años los conocí.
Y a usted, no le estará pasando lo mismo que muchas de las personas con las que me he encontrado a lo largo de mi vida y que siguen donde mismo y además renegando de la vida.
Recuerde que todo esto está en nuestro subconsciente y que nos fue puesto desde que estábamos dentro del vientre materno, por lo tanto es una idea mucho muy profunda que no es nada fácil sacarla al consciente, comprenderla y aceptarla. Continuará...
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Nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien con su interés en la integración de grupos hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la décima parte de “Origen, Causa y Efecto” de la serie y próximo libro “Despertar... es”. Gracias por su atención.
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.