(Onceava parte)
Cuando alguien quedaba embarazada fuera del matrimonio hace algunos años era muy raro, ahora es lo más común, ver madres solteras, ya no se ve mal, y ahora con tanta libertad sexual, con tanta información acerca de los anticonceptivos (que hasta decimos… gracias, gracias, muchas gracias, cuando alguien ve que compras anticonceptivos, estimulando esta actividad), hoy con tanta pornografía, ya no nos asustamos cuando sabemos que la hija de don fulanito se casó y a los pocos meses tuvo a su hijo, o bien, ni siquiera se supo de su matrimonio y ya empieza a aparecer en las páginas de sociales de su próxima maternidad, sin embargo, ¿cuáles serán los sentimientos íntimos de esa futura madre? Mas aun cuando se sabe que tal persona (el hombre), está casada aun con otra persona y sale en las páginas de sociales anunciando el embarazo de otra mujer y nos hacemos cómplices de esta situación sin decir nada.
Digo que esta situación me preocupa, porque un hijo sin padre, en venganza (inconsciente) va a engendrar tres o cuatro hijos a su vez sin padre, y estos tres o cuatro harán exactamente lo mismo, y la procreación será en forma geométrica, y esos hijos sin padre con esos deseos de venganza, que la ejercerán a no dudarlo contra todo orden establecido, hará que se formen pandillas, gavillas o bandas de criminales, que no se tentarán el corazón para cometer sus fechorías, pues a ellos no les importa morir, ya que la destrucción viene dentro de ellos.
Creo que aquí está el problema de tantos y tantos problemas sociales hoy día a nivel mundial, terrorismo, secuestros, atentados contra grandes personalidades donde al autor no le importa ninguna consecuencia que pudiera derivarse de su acción, pues al fin y al cabo lo que él quiere es morir.
La otra situación, es que no necesariamente esta programación se da a través de la madre soltera, sino también en aquellos matrimonios perfectamente legalizados, sólo que ya hay cinco o seis hijos antes, la madre tiene algún problema físico, como várices, alta o baja presión, cáncer, alcoholismo, etc., y el médico le ha dicho que no puede volver a embarazarse, y por un tiempo se cuida de no encargar familia, pero un día hace confianza, se embaraza y ahora viene el arrepentimiento las recriminaciones por parte del esposo, las advertencias por parte del médico y la orden empieza a entrar al subconsciente del niño: -No debe nacer, vamos a ver cómo le hacemos- y no importa que después la madre sí quiera a su hijo, la programación ya está en funcionamiento y las consecuencias no se dejarán esperar.
Algunas experiencias que hemos tenido con respecto a esta programación, confirman todo lo que hemos estado comentando en relación con la actitud de las personas programadas de esta manera.
¿Pues qué les dice a sus alumnos Ing. De la Cruz? Me preguntaba una madre, en una reunión en la que coincidimos. -¿Por qué? Le pregunte intrigado. Pues el otro día llegó mi hijo, que fue a su curso de Psicología Motivacional y me preguntó de buenas a primeras: “Mamá, ¿tú no querías que yo naciera?” – dijo confidencialmente mi interlocutora.
¿Y usted qué le contestó? –inquirí con curiosidad. ¡Pues cómo le iba a decir la verdad! Me confesó. Le dije que cómo no lo íbamos a querer, si era nuestro chiquito, nuestro baby-.
Pero la verdad es que habíamos decidido ya no tener familia, ya que nuestro último hijo casi cumplía los catorce años, cuando de pronto me di cuenta que volvía a estar embarazada y no se imagina los remedios y tratamientos que me hice para no tenerlo, pero cómo le voy a explicar eso a mi hijo, me dijo un tanto acongojada.
Pues más vale que hable usted con su hijo, dígale la verdad, que la perdone, que usted no sabía lo que estaba haciendo porque ahora él va a quedar más confundido, pues a través del curso ha empezado a comprender el porqué de sus reacciones, pero si usted le miente, su mente no se podrá aclarar.
Así que si usted, en algunos de sus embarazos tuvo algún pensamiento, o bien, hizo alguna acción para no tener a su hijo, sea sincera, haga un verdadero esfuerzo y hágale saber a su hijo de esa decisión en su vida (claro que asesórese para hablar adecuadamente con él y no sea contraproducente) explíquele detalladamente cuál fue esa situación por la que tuvo que pensar o actuar así en ese tiempo, haga que le perdone sinceramente, ya que de otra manera, la vida de su hijo será un verdadero problema o fracaso.
También quiero comentarle acerca de los niños que por diferentes razones adoptamos y que en muchas de las ocasiones, cuando ya el niño o la niña han crecido, tenemos miedo decirles la verdad, porque pensamos que nos van a odiar, van a atentar contra ellos mismos o bien nos van a abandonar.
Hemos conocido muchos casos de verdaderas tragedias con los hijos adoptivos y la razón es, la venganza interna que traen y que ya comentábamos anteriormente. Un caso que vimos fue el de una pareja que adoptó una niña desde que estaba recién nacida, conforme empezó a crecer, la niña empezó a mostrar odio hacia ella, a tal grado que cuando llegaba su esposo, la acusaba que durante su ausencia, había llegado otro hombre a la casa y se había encerrado en la recámara con su mamá.
Casi se desbarató ese matrimonio, afortunadamente el esposo pudo comprender que eran mentiras y fantasías de la niña. Los años siguieron pasando y los problemas fueron en aumento, a tal grado que ahora es una jovencita, alcohólica, drogadicta, no asiste a la escuela, pues cuando menos piensan, ya se fue con algún compañero a otros estados, y sólo llama para pedir dinero para poderse regresar de nuevo a su hogar.
La última noticia que supimos de ella, es que sus padres adoptivos sólo están esperando que cumpla la mayoría de edad para retirarle la patria potestad y que ya se separe definitivamente de ellos.
Otro caso que me tocó ver, fue el de una joven que de pronto está en un estado de depresión, de apatía tan dramático que los padres ya no saben qué hacer.
Esta joven había quedado embarazada fuera del matrimonio, pero cuando nació su hija, se casó con el padre de la niña, pero últimamente había tenido que separarse, pues aquel hombre le daba muy mala vida y ella había tenido que regresar al hogar de sus padres. Continuará...
Agradecemos los comentarios recibidos y los casos compartidos con nosotros en México y desde otras partes del mundo (vía Internet). Espero vernos pronto y platicar personalmente. Los esperamos en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales:
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