(Vigésima primera parte)
Ella por no despertar a su hermana, y para no ocasionarle un problema en su matrimonio, no dijo nada, pero su subconsciente quedó con ese trauma.
De tal manera que a la hora que se casó y como mujer tenía que cumplir con su esposo, cuando éste quería tocarla para acariciarla, el que lo estaba haciendo (para ella) era aquel cuñado, que lo había hecho de una manera cruel y ella tenía que resistir. ¿Podemos imaginar toda la gama de conductas que desarrolló así como mecanismos de defensa que ella ni siquiera tenía consciente, pero que afectaban gravemente su vida en general y en particular la de su relación matrimonial?
Desgraciadamente para esa mujer, esto lo vino a comprender cuando su esposo ya no existía, pero ¿Cuántas mujeres casadas estarán atoradas en esta situación? Lo que hace que su matrimonio no sea lo feliz que debería ser, por el evento traumático sexual.
El 90 por ciento de los fracasos de los matrimonios se debe a una total diferencia de actitud en cuanto al comportamiento sexual de las parejas. Tal vez el otro diez por ciento sea el factor económico, pero cuando hay una real comprensión en cuanto a las necesidades sexuales de las parejas, esto se puede superar de una manera total.
Otro impacto psicológico fatal para los niños, son los malos tratos de los padres hacia ellos, los golpes, los castigos crueles, las palabras ofensivas, etc., pueden en un momento dado, cambiar totalmente el rumbo de la vida de la persona. Así que amable lector, haga recuerdos de todos esos eventos que son parte de su vida, tráigalos al consciente y que ya no le sigan manejando.
Una señora, que ha tenido muchos fracasos sentimentales, nos comentaba que ella no se explicaba a qué se debía que no podía sostener una relación duradera con ningún hombre, que cuando conocía a alguien, que le gustaba físicamente, que sus sentimientos y su manera de ser eran de su completo agrado, comenzaba a salir a pasear con dicha persona, la relación se iba haciendo más íntima, y eso a ella (de momento) le gustaba y lo disfrutaba. Después de un severo análisis de esta conflictiva situación llegamos a un evento, que era el causante de que ella no pudiera disfrutar ni ser feliz con ningún hombre. Cuando ella era niña, de tres o cuatro años, tenía un tío, que según ella la quería mucho, le daba regalos, dinero, le compraba lo que ella quería, etc., pero a ese tío le gustaba tomar, y cuando llegaba a visitarla, con algunas copas entre pecho y espalda, cogía a su sobrina y la empezaba a acariciar, y una de las caricias que más le hacía, era juntar las mejillas de la niña a las suyas, pero esta señora dice, que su tío, a esas horas que la visitaba, ya traía la barba un poco crecida, y que le raspaba su delicada piel, y cuando el tío se daba cuenta que eso la hacía sufrir, más adrede la raspaba, hasta que la niña lloraba y su mejilla quedaba enrojecida de tanto mal trato. Y por lo tanto, la mente de la niña quedó traumada por esa situación y ahora, cuando salía con un hombre, en las primeras citas, ellos iban bien afeitados y por lo tanto, si había algún cariño donde se juntaban las mejillas, ella no se sentía mal, pero conforme se iba haciendo más confianza en su trato, y el hombre descuidaba su apariencia y se daba el caso que ese día él no se afeitara en la hora que debía visitarla, por lo tanto la barba estaba un poco crecida, inmediatamente su mente se trasladaba a aquel tiempo que su tío la maltrataba restregando su mejilla y de ahí en adelante, ese hombre se convirtió en el tío que a ella tanto daño la había hecho, por lo que ella tenía que buscar la manera de separase de él.
¿Recuerda la frase que anotamos en capítulos anteriores “Primero la mente ve lo que cree y después cree lo que ve”? Aquí está una aplicación de ese concepto:
Cuando la niña era lastimada, vio a un hombre que le hacía daño y de ahí en adelante “todos” los hombres le iban a hacer daño. Cuando ella “siente” en su mejilla lo rasposo de la barba la mente subconsciente “cree” que es aquel tío, y para ella eso es una realidad.
Otro caso muy interesante y dramático, por sus consecuencias, del evento traumático es el de un joven, que cuando vino al curso, pidió platicar más a fondo su problema: -No sé qué me pasa, Ing. De la Cruz- me decía un tanto compungido. –Pero no puedo ser feliz con mi esposa-. ¿Cuál es su situación? –Le interrogué-. Fíjese que estamos en la cama, ya listos para hacer el amor, pero luego sucede algo dentro de mí, me levanto, me visto y me salgo a la calle, a recorrer los lugares más oscuros y asomarme a las ventanas de las casas para observar a las mujeres desnudarse. Pero luego me arrepiento y me pregunto: ¿Pues qué estoy haciendo? Si en mi casa tengo mi esposa, a la que puedo ver sin ningún peligro.
Después de varias pláticas y algunos análisis llegamos al evento traumático que lo estaba manejando: cuando este joven era niño, su mamá sostenía relaciones extra-maritales con otro hombre y un día, llevó al niño a visitar a aquel hombre y sin importar su presencia, ese niño vio a aquel hombre hacer el acto sexual con su madre. Dice que él vio cómo aquel señor empezó a desnudar a su mamá y esta imagen quedó muy grabada en la mente del niño. Cuando creció y se casó, su esposa aún cuando es muy guapa y muy sensual, es mayor de edad que él y un poco obesa, lo que nos indica, como lo veremos cuando analicemos “Necesidad Psicológica” que ese joven es manejado por el complejo de Edipo por lo que cuando él iba a hacer el acto sexual con su esposa, para su mente la que estaba ahí era su madre, por lo que, de alguna manera tenía que buscar un pretexto para no hacerlo.
Ahora, manejado por aquel gran recuerdo de ver a su madre cómo era desnudada ante sus ojos, él tenía que buscar (y gozar) una y otra vez aquel espectáculo que estaba grabado en su subconsciente. Esta situación no podía durar mucho en esa relación matrimonial, pues los problemas cada vez iban en aumento, por lo que deciden separarse. Ya tenían un tiempo separados, cuando un día, estando este hombre en un lugar público, llega su señora acompañada por dos hombres que la mimaban y la llenan de atenciones enfrente de él. De pronto todo se le nubla y arremete contra aquellos descuidados galanes a los que golpea salvajemente y no conforme también a ella le hace daño, dejándolos a los tres muy mal heridos. Una vez consumado este hecho, sale a la calle, aborda su automóvil y se va a la carrera a alta velocidad de una forma suicida, hasta que pierde el control y vuelca, quedando al borde de la muerte. ¿Qué fue lo que pasó en la mente de este joven? Ya dijimos que para su mente, su esposa era su “madre”, aquélla a la que él vio cómo la desnudaban y le hacían el amor, y él impotente no pudo hacer nada, cuando su deseo era matar a aquel hombre, así que ahora cuando vio a su esposa rodeada de dos galanes que la atendían, aquel odio contra el amante de su madre, se hizo presente contra esos hombres y a su esposa le pegó, pero la realidad es que le estaba pegando a su madre, por lo que el sentimiento de culpa, lo obligó a tratar de suicidarse guiando su automóvil a toda velocidad.
Ojalá pudiéramos hacer un verdadero análisis de todas las imágenes que tenemos grabadas en el subconsciente, ver que eso ya pasó, que sólo son una idea o un recuerdo, que ya no tienen porque seguirnos manejando. Continuará...
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“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.