(Vigésima quinta parte)
Una señora me confesaba que ella era “alérgica” a los gatos, que no podía ni verlos de lejos. Cuando por alguna razón un gato se cruzaba con ella, eso era motivo para que no pudiera dormir, pues cuando empezaba a dormirse, veía venir hacia ella miles de gatos que le maullaban, la arañaban y despertaba sobresaltada, empapada en sudor frió, por el terrible miedo que sentía.
Todo inició cuando ella era muy pequeña, a la edad de tres o cuatro años. Se había muerto alguien de la familia, y todos se fueron a la funeraria, y a los niños los dejaron a cargo de la abuela. Como eran varios niños, empezaron a hacer desorden y la abuela por más que trataba de controlarlos, era casi imposible, ante aquella energía desbordada de los pequeños, por lo tanto urdió una manera de tenerlos controlados. Sin que los niños se dieran cuenta, ella se puso una máscara de gato, se colocó una sábana sobre los hombros, acomodó unos trastos de lámina apilados uno sobre otro, los atoró con un cordón, en cierto momento les apagó la luz, dio un brinco a la habitación dónde estaba la algarabía de los niños, tiró del cordón, los trastos se cayeron al suelo haciendo gran estrépito y ella dio un grito ensordecedor. De tal manera que los niños quedaron mudos del asombro, pues la abuela les había dicho con todo el coraje y la impotencia que sentía: -¡¡Si no se están silencios, va a venir el diablo y se los va a llevar!! Va a venir el diablo-. De tal manera que cuando los niños vieron que las tinieblas invadieron la habitación, oyeron aquel tremendo estruendo de los trastos, y observaron asombrados aquel monstruo con cara de gato, inmediatamente corrieron a refugiarse en la recámara, pero a nuestra amiga el terror la paralizó, y la buena anciana con ademanes grotescos, se fue acercando poco a poco, fingiendo una voz de ultratumba: -¡¡Vengo a llevarte!! ¡¡Por no hacerle caso a tu abuela te voy a llevar conmigo!!-.
Aquí la mente de la niña sufrió un tremendo shock, pues ella todo lo que veía era una horrible cara de gato que se le iba acercando poco a poco. Por eso ahora cuando ve a un gato que se le acerca, ella no sabe por qué, pero en su mente, se vuelva a vivir aquella tremenda pesadilla, así que cuando se acuesta a dormir, en su subconsciente, todo lo que oye es: -¡¡Vengo a llevarte al infierno!!– y despierta en un momento sobresaltada y sudando frío del miedo.
Cuántas veces los padres, no cuidamos esos detalles y llevamos a cabo acciones, que pudieron significar una barrera en el desarrollo de la vida de los hijos, que pudieran acabar con su felicidad.
Un día acompañaba a un amigo mío, transitábamos en su automóvil, cuando nos adelantó un agente de tránsito en motocicleta. Mi amigo empezó a temblar, y a sudar frío, a tal grado que tuvo que hacerse a un lado de la calle y parar su automóvil porque en ese momento quedó casi paralizado. -¿Qué te sucede?- pregunté un tanto extrañado. –No sé qué me pasa Germán -me confesó– cada vez que veo un hombre con uniforme, me sucede lo que acabas de presenciar, y no importa qué tipo de uniforme sea, hasta con los vigilantes bancarios siento esta sensación. –Haz consciente cuando tus padres te asustaron con el “policía” –Le aconsejé- ¡Siempre! -Casi se le iluminó la cara–. Inclusive un día que caminaba con mi madre, algo hice, y en ese momento pasaba un policía, y mi madre me aventó hacia él quien siguiendo la broma, me cogió del brazo bruscamente y fingió que me iba a llevar con él –dijo mi amigo sollozando. –Pues aquí está tu problema –le aseguré–. Lo que pasa es que cuando ves un uniforme tu mente se traslada a aquel día, y vuelves a sentir el miedo de que te llevará el policía.
Y así, podría contarle infinidad de anécdotas, que a través del curso me comentan los participantes, situaciones que si usted quiere pueden llevarnos a la risa, inclusive a veces hago referencia a alguno de ellos, los presentes se ríen, pero para la persona que está pasando por ese problema o situación, no es para nada gracioso, sino todo lo contrario.
Cuando hicimos aquella frase en los primeros artículos: “Voy a ser consciente de todo lo que estoy diciendo, haciendo, pensando, oyendo o sintiendo”, ¿se acuerdan? Pero ahora la pregunta es: ¿Qué quiere decir ser consciente? Pues ser consciente quiere decir, saber a ciencia cierta, es decir, llegar al fondo del porqué de las cosas, lo que no es nada fácil, pues la mente, en un acto reflejo, trata de ocultar todo aquello que le ha hecho daño, y no nos deja llegar al fondo de las cosas.
Es por eso que estos artículos deben leerse con todo detenimiento, si es posible, varias veces, pero más que leerlo, meditarlo y tratar de ver en cada ejemplo, cada frase, que nos quiere decir en lo personal a nosotros.
Ésta es una de las reglas del curso, cuando iniciamos siempre les digo: “No oigan nada más lo que digo, sino véanlo en su vida, qué les está diciendo a cada uno”. Y algunas personas cuando se acaba el curso me hacen el comentario muy personal, -parece que me estaba retratando Ing. De la Cruz–. Pues se identifican plenamente con cada uno de los ejemplos y anécdotas del curso.
Ojalá, usted, haya analizado detenidamente, la parte correspondiente a nuestras “programaciones” y “grabaciones”, que dentro de este tema de Origen, Causa y Efecto estamos tratando y que cada uno de nosotros pueda comprender, para que le sea posible salir del hoyo en que a veces nos encontramos.
Recuerde aquella frase que vimos en un principio de esta serie: “¿Si mi situación actual depende de mi pasado, y mi pasado no lo puedo cambiar, estaré sentenciado a seguir así?”, es decir, si nos programaron o nos grabaron de cierta manera, todo lo que tenemos que hacer es concientizar dicha situación, saber exactamente qué fue lo que sucedió, cambiar nuestro punto de vista y sacar de nosotros esas “órdenes” para que ya no nos sigan manejando.
Necesidades psicológicas. Ahora empezaremos el análisis de otra situación conflictiva dentro de nuestro mecanismo mental, que llamaremos “Necesidades Psicológicas”.
“Una vez que se crea dentro de nuestro subconsciente la necesidad de algo, se convierte en una forma de ser”.
Es decir, una vez que se acepta, que se establece, una vez que nos “atrampamos” en algo, aun cuando quisiéramos ser de otra manera, no podremos hacerlo. Continuará...
Agradecemos los comentarios recibidos y los casos compartidos con nosotros en México y desde otras partes del mundo (vía Internet). Espero vernos pronto y platicar personalmente. Los esperamos en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales
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Nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien con su interés en la integración de grupos hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la vigésima sexta parte de Origen, Causa y Efecto de la serie y próximo libro Despertar... es. Gracias por su atención.
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”.