92 años de vida, cumplió el pasado cinco de enero el señor Homero del Bosque Villarreal.
EL SIGLO DE TORREÓN
Con mucho júbilo y agradecido con Dios por el don de la vida, el viernes cinco de enero pasado don
Homero del Bosque Villarreal celebró junto a su familia sus 92 años de vida.
Teniendo como alegre marco musical el corrido de Las Mañanitas del ?Cinco de Enero?, composición original de doña Estela Garza de Del Bosque, el homenajeado fue recibido por sus hijos, nietos y bisnietos en la comida preparada en su honor y que tuvo lugar en casa de César del Bosque Garza y su esposa Susana Martínez.
A su llegada a la celebración ?a eso de las 2:00 p.m.-, el festejado lo hizo en compañía de su amigo el Obispo Emérito de Torreón, don Fernando Romo Gutiérrez con quien lo une una amistad de más de sesenta años.
Adornado con globos y serpentinas, se decoró la sala y comedor donde se llevó a cabo el convivio en el cual se respiró un espíritu muy navideño y también un ambiente tapatío, que comprendió desde una suculenta comida mexicana hasta la degustación de tequilas.
Lo anterior se planeó de esta manera, ya que entre las tres ciudades muy queridas para don Homero está Guadalajara porque ahí concluyó su carrera profesional de abogado, las otras dos localidades queridas son Monterrey que lo vio nacer y Torreón donde llegó a los pocos días de nacido y radica actualmente.
Fue así que como cada año su esposa Estelita, hijos: María Estela, José de Jesús, Cecilia Eugenia, César Alejandro, Homero Héctor y Mauricio Lorenzo, faltando por cuestiones de trabajo Jesús que vive en México, que se conmemoró la fecha de nacimiento del señor Del Bosque Villarreal, a quien se le conoce por ser una persona muy culta, puntual, amante de la lectura, cronista de la ciudad de Torreón, ex Presidente Municipal y más, mientras que para su familia es el ser más cariñoso y maravilloso que pueda haber.
Para el deleite del festejado, se preparó de comer pozole, chiles en nogada, sopes de varios guisados, ensaladas, variedad de postres y un pastel de almendras al que se le colocaron dos velas (un nueve y dos) que se encendieron para que don Homero pidiera el acostumbrado deseo de cumpleaños.