Esperan un milagro para la liberación de los rehenes sudcoreanos. (Archivo)
Rebeldes del Talibán fijaron ayer un nuevo plazo, el mediodía de hoy (07:30 GMT), para ejecutar a los 22 misioneros sudcoreanos secuestrados hace 10 días en Afganistán si no son liberados ocho miembros de su grupo.
“Dado que las negociaciones entre nosotros, la Administración afgana y el Gobierno sudcoreano han alcanzado un punto muerto, comenzaremos a matar rehenes si no empiezan a liberar a nuestros prisioneros”, dijo el vocero de los talibanes, Qari Mohamad Yusuf.
“No hay necesidad de más negociaciones. Hemos dado al Gobierno una lista de prisioneros talibanes que queremos que sean liberados y esa es nuestra principal demanda”, indicó Yusuf, citado en reportes de prensa conocidos en Kabul.
Advirtió que el Gobierno necesita tomar una decisión al respecto y si quiere usar la fuerza, pondrá en peligro las vidas de los rehenes y “los talibanes resistirán hasta el último aliento”.
Los secuestradores mataron el miércoles pasado a uno de los 23 rehenes sudcorenos y varios plazos establecidos por los talibanes han expirado sin que los rebeldes cumplan su amenaza de ejecutar a todos los secuestrados.
Las autoridades afganas han reclamado a los talibanes la inmediata liberación de las 18 mujeres que forman parte del grupo rehenes sudcoreanos, para luego poder iniciar negociaciones sobre sus demandas.
Los 23 misioneros sudcoreanos, incluidos 18 mujeres, miembros de un grupo cristiano que realizaba labores humanitarias en Afganistán, fueron secuestrados el pasado 19 de julio cuando viajaban en autobús entre Kabul y Kandahar, a su paso por la provincia de Ghazni.
En un principio el Talibán demandó el retiro de las tropas sudcoreanas de Afganistán, pero después exigió la liberación de prisioneros talibanes, amenazando con matar a los rehenes si sus exigencias no son satisfechas.
Pide el Papa liberación de rehenes
El Papa Benedicto XVI pidió ayer un desarme nuclear y consideró que la tecnología nuclear puede ser utilizada, en cambio, para alentar el desarrollo respetando el medio ambiente.
En declaraciones que efectuó en Castelgandolfo, una población montañosa al sur de Roma donde descansa durante las vacaciones de verano, Benedicto también solicitó la liberación de una veintena de rehenes de Corea del Sur en Afganistán y dijo que su secuestro representaba una “grave violación a la dignidad humana”.
“Apelo a los perpetradores de estos hechos tan criminales a que desistan del maleficio que han realizado y liberen ilesas a las víctimas”, manifestó el Papa.
"Se trata de graves violaciones de la dignidad humana que contradicen las reglas más elementales de la civilización y del derecho y que ofenden gravemente la ley divina", declaró.
