“Todos aquellos que quieren destruir las libertades de una nación democrática deben saber que la guerra es la forma más segura y rápida de lograrlo”.
Alexis de Tocqueville
NUEVA YORK.- ¿Ha comenzado la declinación del imperio americano? Ésta es una pregunta que se hace con mucha frecuencia. La respuesta no puede ser concluyente, pero no hay duda de que Estados Unidos está perdiendo fuerza en un mundo cada vez más competitivo.
La Unión Americana sigue siendo la máxima potencia militar del mundo. Según Global Issues, una página de Internet dedicada a temas geopolíticos, el Gobierno estadounidense empleó 626 mil millones de dólares en 2007 en su aparato militar. Se calcula que esto representa un 43 por ciento del gasto militar mundial. El gasto militar estadounidense es, en efecto, mayor que el de los 10 siguientes países en la lista y supera siete veces al de China, que ocupa el segundo lugar.
Este enorme despliegue de dinero ha sido suficiente para derrocar a gobiernos como el de Afganistán y el de Irak, pero no para pacificar a esos países. Tampoco ha permitido “poner en orden” a Irán y Corea del Norte, que se rebelan ante el orden internacional encabezado por Washington.
El gasto militar ha hecho de Estados Unidos el país más endeudado del planeta. En el año fiscal concluido en octubre de 2007 el Gobierno estadounidense registró un déficit de presupuesto de 163 mil millones de dólares, el mayor del mundo. Como consecuencia directa de ese déficit, la deuda pública del país asciende a 9.2 billones (millones de millones) de dólares. Cada uno de los 303 millones de residentes de la Unión Americana, incluyendo niños y ancianos, debe 30 mil 200 dólares de deuda contratada por el Gobierno.
Pero no sólo el Gobierno se está endeudando: también los ciudadanos. Según la Reserva Federal, la deuda de los consumidores estadounidenses asciende actualmente a 2.5 billones de dólares, un aumento de 25 por ciento en cinco años. A esto hay que añadir una deuda hipotecaria que se estima rebasa ya los 14 billones de dólares. No sorprende que los estadounidenses hayan registrado una tasa negativa de ahorro de 0.5 por ciento en 2005, de acuerdo con la Reserva Federal. Los estadounidenses están gastando más de lo que ganan y la diferencia la están compensando con crédito.
También en el sector externo Estados Unidos tiene un faltante. La cuenta corriente registró un déficit de 857 mil millones de dólares en 2006, según el Departamento de Comercio, un monto equivalente al 6.5 por ciento del Producto Interno Bruto. Este déficit ha sido financiado hasta ahora por las grandes compras de bonos del Tesoro por parte de gobiernos extranjeros para sus reservas internacionales.
Pero incluso este recurso empieza a declinar. Los bancos centrales de los demás países entienden cada vez menos por qué deben mantener sus reservas en dólares cuando esta moneda pierde valor constantemente. El tipo de cambio del dólar se encuentra en su nivel más bajo frente al euro desde la creación de esta moneda, la cual se ha revaluado 50 por ciento ante el dólar entre 2000 y 2007. El dólar, por otra parte, está en su punto más bajo frente a la libra esterlina en 27 años.
¿Significa lo anterior que el imperio americano, el mayor y más poderoso en la historia desde el romano de hace dos mil años, está en riesgo de desaparecer? Tarde o temprano Estados Unidos dejará de tener el papel dominante que mantiene en el mundo, pero no será pronto. La economía estadounidense, de 13.2 billones de dólares en 2006 según el FMI, sigue siendo por mucho la mayor del planeta. Quizá China, que se encuentra en cuarto lugar, con un PIB de 2.7 billones de dólares, terminará por alcanzarla. Pero la diferencia en el PIB per cápita de los dos países es enorme. Según el FMI (y en términos de paridad de poder de compra que ajusta las cifras por la subvaluación o sobrevaluación de las divisas), el PIB per cápita de Estados Unidos era en 2006 de 43 mil 223 dólares mientras que el de China apenas se elevaba a 7 mil 722 dólares. Para que los chinos sean tan prósperos como los estadounidenses, habrán de pasar todavía muchas décadas a pesar del acelerado crecimiento chino.
La experiencia nos dice, sin embargo, que un país que ahorra poco y que gasta demasiado (especialmente en aventuras militares no productivas) tenderá a debilitarse. Esto le ocurrió a Roma, pero después de un largo periodo: entre el reinado de Augusto y la caída del imperio trascurrieron cuando menos cinco siglos.
Estados Unidos sigue teniendo grandes fuentes de fortaleza. Es un país con amplias libertades económicas y una democracia vigorosa. Si bien el Gobierno de George W. Bush ha tomado pésimas decisiones económicas y políticas, los estadounidenses tienen la capacidad política de revertir muchas de ellas. La gran ventaja de la democracia es que permite a los gobernados cambiar el curso de su historia.
BOMBAS A LOS KURDOS
La decisión de Turquía de bombardear posiciones del partido independentista kurdo en territorio iraquí es preocupante por sí misma, pero el hecho de que Estados Unidos haya permitido ese ataque complica las cosas todavía más. Bastante compleja está la situación en el centro y el sur de Irak como para que ahora se desate una guerra entre Turquía y el Gobierno semiautónomo kurdo en el norte de Irak.
Página de Internet:
www.sergiosarmiento.com