Pero para evitar que los asuntos monetarios se conviertan en foco de problemas matrimoniales, la conversación temprana antes del casamiento sobre los asuntos monetarios es fundamental. (Archivo)
EFE
Houston, Texas.- Las diferencias en el manejo de las finanzas familiares son una de las principales causas de divorcio en Estados Unidos, pero la comunicación y planificación temprana entre parejas son clave para la armonía económica, según expertos.
Varias encuestas citan problemas financieros como causa de divorcio, incluida una realizada por City Bank en 2003, que indica que 60 por ciento de los divorciados menciona las discusiones sobre dinero como uno de los principales factores de la separación.
Igualmente, de acuerdo con el Programa de Prevención y Mejoramiento de las Relaciones (PREP en inglés), un programa nacional de educación e investigación para el mejoramiento de los matrimonios, el dinero es el tema sobre el que más se discute en la mayoría de las parejas.
Sin embargo, el programa enfatiza que el tema sobre el que discuten los matrimonios no es tan importante como la manera en cómo lo discuten, y esto se aplica igualmente para los asuntos financieros.
“Las finanzas juegan un gran rol en los divorcios, superadas sólo por (los asuntos) sexuales” como causales de separación, dijo Patricia Barrett, planificadora y analista financiera de divorcios en Houston.
Frente a esto, señaló, “mi consejo es que las personas que están considerando casarse, y los matrimonios, tengan francas conversaciones sobre los asuntos de dinero, desde cómo manejar las cuentas y tarjetas de crédito, hasta cuándo y cómo realizar las grandes compras (del hogar)”.
Barrett explicó que es igualmente importante que ambos miembros de la pareja participen con igual peso en las decisiones financieras, sin importar quién sea el proveedor principal. En tal sentido indica que muchas mujeres que no trabajan, o que por razones culturales dejan las decisiones financieras a los esposos, deben tomar un papel más participativo en los asuntos financieros.
“Las mujeres más atemorizadas en los casos de divorcio son aquellas que han dejado todas (las decisiones y acciones financieras) a los esposos por muchos años, creyendo totalmente en ellos y manteniéndose en la oscuridad”, sostuvo.
Agrega que esto puede conducir a serios problemas en la eventualidad de un divorcio, porque “el hombre en el que confiaste totalmente puede comenzar a esconder los bienes matrimoniales (cuentas, propiedades, etc.) si ve que se está acercando un divorcio, y esto se ve con frecuencia”.
Pero para evitar que los asuntos monetarios se conviertan en foco de problemas matrimoniales, la conversación temprana antes del casamiento sobre los asuntos monetarios es fundamental. Uno de los primeros temas a tratar son las deudas que ambas partes traen por su cuenta a la unión matrimonial.
El Departamento de Familia y Desarrollo Humano de la Universidad Estatal de UTA, cita un estudio que revela que 66 por ciento de los problemas asociados con deudas significativas es uno de los cinco principales obstáculos financieros que afectan a los matrimonios.
De modo que uno de los principales temas que deben tratar las parejas al contraer matrimonio es hacer una evaluación de las deudas acumuladas por cada uno que formarán parte de la economía familiar, y hacer un plan de pago de deudas para eliminar este obstáculo que afectará el crecimiento financiero de la pareja.
Sintonizar los estilos personales de gastos es otra prioridad. Si un miembro de la pareja es “derrochador” y el otro es “controlador”, o si uno es “arriesgado” en las compras o inversiones y el otro es “conservador”, éstos son temas que mejor se conversan y acoplan tempranamente antes de que sea muy tarde para encontrar soluciones.
Otro aspecto a tratar son las metas comunes y su planificación. Éstas van desde el pago de deudas hasta la compra de autos y casa, el ahorro para la educación de los hijos, los planes para la jubilación, los objetivos de inversión.
Qué se quiere, cómo lograrlo, cuándo lograrlo, y cuál es el plan para alcanzar la meta, son preguntas que sirven de puente para discutir cada uno de los objetivos financieros del matrimonio, pero es importante estar en sintonía en cuanto a los valores monetarios básicos incluso desde antes de dar el gran “sí”.