100 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE MANUEL JOSÉ OTHÓN
El pasado 28 de noviembre del año 2006, se cumplieron 100 años del fallecimiento del inolvidable poeta potosino Manuel José Otón (1858-1906), hombre de letras que ejerció su carrera de abogado tanto en La Laguna de Durango y de Coahuila, donde vivió tres meses de 1898 aquí en Torreón, por la calle Juan Antonio de la Fuente entre las avenidas Juárez y Morelos, para después mudarse a Ciudad Lerdo, donde residió mayor tiempo en una casa que estuvo ubicada en la esquina sureste de las calles Allende y Belisario Domínguez hasta 1905.
Quizá el fragor político-electoral del año que acaba de concluir, o bien, la abulia burocrática típica de las administraciones que padecen amnesia en los parámetros de la cultura, como es el caso del Ayuntamiento lerdense que preside Rosario Castro Lozano, fueron factor decisivo para pasar por desapercibido el centenario del fallecimiento del autor de los celebérrimos poemas Idilio Salvaje y Estepa del Nazas, quien no mereció homenaje alguno por dicha autoridad.
El bardo de San Luis Potosí, es gloria del parnaso mexicano y de la lengua castellana, su figura ha sido exaltada por egregios escritores como Alfonso Reyes y Pablo Neruda, nadie como Otón ha rimado con depurado talento a los paisajes del río Nazas, nadie como él dibujó en sus versos las excelencias del desierto lagunero en sus atardeceres, en su flora y en su fauna.
?Recordar a los poetas muertos siempre ennoblece? sentenció Alfonso Reyes en una conferencia en homenaje a Manuel José Otón que dictó el 15 de agosto de 1910 en la Ciudad de México. Por eso agradeceré a la dirección de El Siglo de Torreón, la publicación de esta epístola en su columna Foro del Lector, como un breve, pero muy sentido espacio de evocadora pleitesía, al vate amante de la paz, de la naturaleza y de efigie inmortal.
Muy atentamente,
Domingo Deras Torres.
Torreón, Coahuila.
