SE QUEJAN POR BUROCRACIA DEL IMSS
El día 27 de marzo pasado me presenté a las 9:30 AM a la ventanilla número uno del IMSS, con la finalidad de obtener el total de las semanas cotizadas que aportaron las empresas donde trabajé, desde el año 1968 hasta 2003. Al percatarme que había cerca de 25 personas haciendo fila, decidí retirarme y regresar al día siguiente a primera hora, para evitar pérdida de tiempo.
Por lo anterior, llegué a las 7:45 AM, algunas personas ya estaban esperando la apertura del servicio, fui la cuarta persona en turno. A las 8:05 empezaron las otras ventanillas a atender, pero la ventanilla uno, no. Hasta las 8:30 se sentó una señorita en ese lugar y empezó a realizar una serie de actividades, tales como modificar la fecha del sello de recibido y poner en orden documentos que le estaba urgiendo otra persona de la recepción.
Al primer derechohabiente le recibió los documentos a las 8:40 AM. Cuarenta minutos después de la hora señalada para atender al público.
A mí me atendió a las 9:05 AM, tuve que esperar una hora y cinco minutos, más los 15 minutos utilizados por llegar antes de la hora, supuestamente para salir temprano. Al preguntarle a la señorita, que si era correcto empezar a atender al público 40 minutos después de la hora establecida por esa institución, su respuesta fue: “Tengo permiso”.
Lo que es una falta de respeto. ¿Qué el tiempo de nosotros no tiene importancia? ¿Tenemos los derechohabientes que soportar las deficiencias de esa institución y aguantarnos sin protestar la prepotencia de esa burocracia que asfixia a los derechohabientes?
Tenemos que salir del IMSS rumiando nuestra frustración e impotencia, ante una burocracia sin sentimientos y prepotente, que se aprovecha de sus semejantes; ya que la mayoría de los derechohabientes son personas de baja escolaridad, inculta y sumisa, por lo que pueden ofender sin ningún temor, ya que tienen la seguridad de no ser despedidos, debido a que cuentan con un sindicato que los protege y solapa y con un Instituto paternalista que está fuera de la realidad económica y social de un mundo globalizado.
Señor subdelegado le agradeceré se involucre en la calidad del servicio que está bajo su dirección, ya que usted es el principal responsable del buen o mal servicio que se proporciona a los derechohabientes.
Somos personas con quien tratan, no objetos.
(con copia para el delegado estatal)
Javier Ocampo Martínez,
Torreón, Coahuila.