UN CUENTO CHINO PRODUCTO DE LA IMPUNIDAD EN MÉXICO
Definitivamente que el Gobierno nos ha salido con otro cuento chino más, sin olvidar que uno de los productos vitales en la vida política de México ha sido la mentira, traición y chantaje político, protegiendo tanto a líderes sindicales impuestos ilegalmente y eternizando a otros en el poder.
No se entiende cómo se atreven a afirmar que existe control y voluntad de combatir la corrupción, que lejos de frenarse se ha incrementado, revelando simplemente el nivel pueril de cómo se hace política y negocios a la vez, negándose a renunciar por una y muy simple razón: la impunidad, que se ha empezado a salir de las manos el control y con los recientes acontecimientos relacionados con el empresario chino Zhenli Yen Gon, la forma ilegal en cómo sacaron esos 205 millones de dólares que se encontron depositados de manera sorpresiva en un banco estadounidense, su relación con el secretario Del Trabajo, secretario de Gobernación de aquel entonces. Y otros más como se menciona en algunos medios.
Esto se debe principalmente a que son escasos los funcionarios corruptos que son detenidos para rendir cuentas de sus negocios ilícitos o tráfico de influencias. Menos pagarán sus culpas en prisión y ser obligados a devolver todo aquel dinero robado al pueblo que a diario sumergen profundamente en la miseria, gracias precisamente a esos malos funcionarios sin escrúpulos, que se quedan con una gran parte de las aportaciones o impuestos de la población sin justificación alguna, la distancia entre los corruptos que se enriquecen y los honrados que se empobrecen, es cada día más grande.
Dudo mucho que exista y se dé la verdadera democracia en México. Esto principalmente a la estrecha relación que ha existido entre la élite empresarial. Con los funcionarios públicos, influenciandos éstos de manera directa en la aplicación deficiente de las leyes, mal uso y modificaciones de las mismas a favor de los poderosos en México, gozando ambos autores materiales de impunidad.
La ética y moral son echadas a un lado por esta clase de políticos que se niegan a morir y que se han dedicado a reciclarse sin tener un ápice de moral o escrúpulos para continuar medrando o viviendo de los recursos públicos.
Gerardo Flores,
Torreón, Coahuila.