EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Fui extranjero y me acogisteis...

Las laguneras opinan...

Laura Orellana Trinidad

Hace unos dos años o tres años tomé un curso con Benjamín Forcano en la UIA Laguna. En ese entonces no había escuchado hablar de él, pero en la medida en que fue exponiendo sus radicales conceptos sobre la ética sexual, me di cuenta que los asistentes éramos un puñado de privilegiados. Forcano lleva muchos años siendo un defensor de la teología de la liberación en España. En 1981 publicó su libro Nueva ética sexual, por el cual sufrió una llamada de atención por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Seis años después se prohibió su libro y fue expulsado de los claretianos junto a cinco compañeros. Me sorprendió la naturalidad con la que puso en la mesa temas que son prácticamente un tabú en la Iglesia Católica como el aborto, la eutanasia, la homosexualidad o las mujeres sacerdotes. Fruto de aquella visita se publicó este año un libro llamado Ética Sexual Cristiana ¿todavía?, en el que aborda algunas claves éticas para una sexualidad humana, la aversión del cristianismo al placer, los homosexuales cristianos, el matrimonio y familia homosexuales y la revolución bioética y sus retos.

Forcano parte de un desafío que también compartió el Concilio Vaticano II: si la modernidad representa la afirmación de la universal dignidad humana, la reivindicación de sus derechos y la consiguiente abolición de todo privilegio que vaya contra esa dignidad igualitaria ¿cómo no luchar contra las estructuras y justificaciones que amparan la desigualdad, la explotación o el sometimiento de un ser humano a otro?

Sin embargo, señala el teólogo, normalmente nos aproximamos a un problema precondicionados por una sociedad y una cultura que nos transmite modos de interpretación de la realidad, que en muchos casos son estereotipos muy bien definidos. Muchos de éstos se destruyen cuando nos abrimos al contacto, a la comunicación. Esto es lo que plantea Benjamín Forcano, por ejemplo, con respecto a la homosexualidad. Es imposible acercarnos a este fenómeno desde la distancia, debemos dejarnos interpelar por quien sufre el problema, lo cual significa percibirlo directamente, sin prejuicios. Dice Forcano: “A mí, tengo que decirlo claramente, lo que me ha hecho cambiar y mirar con apertura el problema homosexual no ha sido un estudio teórico del mismo, sino el contacto directo con homosexuales y homosexuales marcados por el sufrimiento. Y como no soy ajeno al sufrimiento y estoy convencido de que Dios no lo quiere para ninguna criatura suya, ha sido a través de él como me he interesado en el estudio del mismo. Y él me ha reportado la convicción de que hay que rectificar y liberar, de que hay que introducir cambios en la cultura y en los hábitos de convivencia”. Y para ejemplificar este acercamiento al sufriente, Benjamín Forcano recoge en su libro un texto que un, así declarado, homosexual católico, leyó en el noveno Congreso de Teología celebrado en Madrid en 1989 y del que aquí reproduzco un fragmento:

“Yo soy homófilo por naturaleza y por la gracia de Dios creyente y religioso. Lo digo con absoluta naturalidad, sin ninguna falsa humildad, como también sin ninguna intención de hacerme famoso, notorio o espectacular. Y entiéndanme bien. Quiero decir que entre la angustia que ya me cercó desde mi infancia al saberme poseedor no culpable de mi diferencia, el terror que la sociedad y especialmente los hombres de iglesia me producían con su persecución, el pánico a la delación imprevista y amenazante, el horror de ir a la cárcel por el mero hecho de ser homófilo y el agobio inaguantable de no poder decir nunca quién soy, lo que soy, por qué soy así, lo que siento, lo que me pasa, lo que necesito, manifestar mis sentimientos tal y como son y todas sus dramáticas consecuencias –familiares, sociales, laborales, mentales y religiosas— y el aserto que acabo de hacer, hay toda una conversión, todo un cambio esencialísimo de rumbo en mi vida y de equilibro encontrado, de auténtica inversión hacia mi genuino ser, hacia mi idiosincrasia más honda y veraz, toda una revolución personal y comunitaria, toda una evolución que me permitió llegar a mi madurez interior, que invirtió realmente mi vida y mis proyectos, mis potencias y sobre todo, mi fe, poniéndolas realmente donde racional y justamente debían estar.

Un homófilo, una homófila, no tiene absolutamente ningún derecho, ni cívico ni mucho menos eclesial. Ninguno. Por una elemental y trágica razón: porque no cuenta, porque no es. No existe, no se le tiene presente para nada en la vida social, jurídica, laboral, académica, eclesial. Solamente en la penal. Solamente.

A propósito y de una vez por todas: yo no soy sodomita, no nací en tan exótico lugar, ni hace más de veinte siglos; yo soy valenciano, como otros son belgas, asturianos, jamaiquinos o checos. Basta de tonterías de etiquetas fáciles y degradantes, injustas.

No somos lo que se cree. Lo que parecemos.

No somos sexo solamente, como nadie lo es.

No somos diferentes, sólo nos hemos encontrado un camino de existencia que no es del común general.

No somos culpables de nuestro signo. Nos fue dado gratis y misteriosamente al nacer.

Nadie se elige a sí mismo. Nosotros, tampoco…”.

Coincido completamente con Forcano en que las experiencias concretas nos transforman. Mi concepción ha cambiado del joto que escuchaba peyorativamente en mi infancia y que incluso se aplicaba a aquellos hombres que mostraban lo que se pensaba eran “rasgos femeninos” y que no eran sino humanísimos, hasta el respeto por la diferencia que me han infundido las personas que conozco, amigas y amigos, que tienen ese modo de ser.

Recién hace unos días fue celebrado el 27° Congreso de Teología en Madrid con el lema “Fui extranjero y me acogisteis”, con la conducción de Forcano. Y ya está nuevamente dando de qué hablar entre laicos y religiosos. Sin duda, estas voces disidentes, pero responsables, son indispensables en nuestro mundo.

lorellanatrinidad@yahoo.com.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 300727

elsiglo.mx