El tabaquismo está asociado con 51% de muertes ocasionadas por enfermedades cardiovasculares.
EL UNIVERSAL
En una sola fumada, el organismo humano recibe el bombardeo de miles de partículas tóxicas que contiene el cigarrillo, razón por la cual es una de las principales causas de muerte en el mundo y es necesario evitar que siga cobrando víctimas, e incluso sumando adictos entre los jóvenes.
Del humo letal no se salvan los no fumadores, que con frecuencia lo aspiran del cigarro de sus amigos o familiares, por lo que también están expuestos a padecer los efectos nocivos del humo, afirma el doctor Jesús Maya Mondragón.
Indica que fumar es un golpe seco y directo al corazón, ya que tiene relación con padecimientos cardiacos y del sistema de vasos sanguíneos, pues afecta arterias, capilares y venas de todo el cuerpo.
No escapan a los daños el cerebro, piernas y pulmones, pero su impacto mortal se da como infartos agudos del miocardio.
Esto se deriva, explica Maya Mondragón, coordinador médico de Programas de Prevención y Control de Adicciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del hecho de que cada bocanada de humo de cigarro contiene y disemina en el cuerpo cuatro mil productos químicos, todos clasificados como nocivos para células y tejidos.
Y puntualiza que su efecto letal sobre el corazón se da porque agudiza la acumulación de materia orgánica en los vasos sanguíneos, que se produce en todas las arterias del organismo, y que se vuelve más preocupante cuando las arterias afectadas son las encargadas de aportar sangre al corazón o al cerebro.
Ruta de escape
De acuerdo con el especialista, quienes desean dejar la adicción deben tener la voluntad o el propósito para dejar de fumar en una fecha límite. Pueden comenzar por eliminar o reducir factores relacionados con el hábito, como ceniceros, pipas y encendedores; hacer del hogar un sitio libre de humo, en el cual nadie fume, ni los invitados; analizar los elementos o situaciones que provocan fumar, y evitarlas.
Es importante, destaca, contar con el apoyo y estímulo de la familia y amigos. Algunos estudios han demostrado que las personas que desean dejar el cigarro tienen mayor probabilidad si cuentan con ayuda, cambian rutinas asociadas y emprenden nuevas actividades.
Algunos recursos son tomar un baño de agua caliente, hacer ejercicio, leer un libro, o buscar alguna distracción que contenga el deseo. El doctor dice que hay que acudir con el médico o a un centro de apoyo contra el tabaquismo, en donde, de ser necesario, se administra un sustituto de nicotina. La Encuesta Nacional de Coberturas del IMSS (2006) indica que la prevalencia de fumadores por grupo es mayor en hombres, 34.1%, seguida por el de mujeres con 11.3%, y de 10.6% en adultos mayores. Mientras que la de ex fumadores fue la más alta en adultos mayores con 22.3%, seguida en hombres con 14.5%, y finalmente en mujeres con 9.4%.