El partido UMP obtuvo ayer la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional francesa tras la segunda ronda de votaciones. (EFE)
Los conservadores del presidente Nicolas Sarkozy ganaron ayer una mayoría parlamentaria cómoda, pero menor que la prevista, al asegurarse junto a sus aliados por lo menos 330 de las 577 bancas en la Asamblea Nacional.
Faltando los resultados de apenas 36 bancas, la oposición de izquierda tuvo un rebote espectacular en la decisiva segunda vuelta y obtuvo un resultado mucho mejor que el anticipado por ella misma, según el Ministerio del Interior. Los resultados oficiales le daban por lo menos 206 bancas.
Los resultados presentan el primer golpe contra Sarkozy, amigo de Estados Unidos y promotor de reformas económicas de corte liberal, desde su fuerte victoria en las elecciones generales del mes pasado. Pero ambos comicios le dan la capacidad de intentar revivir la economía y el ánimo nacional francés al reducir los mecanismos de protección laborar y reducir los impuestos a las herencias y trabajo, entre otros proyectos ambiciosos.
Un fuerte revés para Sarkozy fue la derrota del ministro Alain Juppe frente a un socialista. Juppe, un ex primer ministro, estaba a cargo del medio ambiente y la energía, en el Gobierno formado por Sarkozy luego de su victoria el 6 de mayo. Pero el propio presidente había ordenado que los ministros derrotados debían renunciar.
El vencedor de Juppe en una banca por la Gironda, en el suroeste de Francia, fue el socialista Michele Delaunay con el 51 contra el 49% de los votos.
Los comicios señalaron una recuperación de los alicaídos socialistas. La primera ronda de votos de la semana pasada dejó al otrora poderoso partido esperando un poco más de 100 escaños en el parlamento, mientras que la UMP esperaba concretar la más fuerte mayoría parlamentaria en la historia de Francia.
El partido UMP de Sarkozy enfrentará escasa resistencia al paquete de medidas que piensa presentar en las próximas semanas para volver a la economía más competitiva y menos proteccionista.