EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Con la Obertura a Don Giovanni, el Concierto para Piano No. 23 en La Mayor K.488 y el Concierto para Piano No.21 en Do Mayor K.467 de Mozart, Alexander Gavrylyuk se presentará junto a la Camerata de Coahuila este viernes.
La cita será en el escenario del Teatro Nazas, en punto de las 8:30 de la noche, como una actividad organizada por el Patronato de este recinto con el apoyo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Laguna.
Su talento al piano le ha merecido la ovación del público alrededor del mundo y ahora, el público lagunero tendrá la oportunidad de escuchar las mejores notas de Alexander Gavrylyuk con la orquesta coahuilense.
Para empezar la velada pianística, Gavryluyk tocará Don Giovanni, una ópera bufa, estrenada en el Teatro Nacional de Praga el 27 de octubre de 1787. Segunda de la trilogía dapontiana (junto a Le Nozze di Figaro y Cosi fan Tutte), se acoge también al esquema bufo napolitano. Su calificación por el autor, de drama jocoso describe una de sus características fundamentales, que es la oscilación entre el polo dramático o trágico, en el sentido menos amplio del término, y el bufo.
Luego, el programa continuará con el Concierto PARA Piano No.23 en La Mayor K.488, profundamente emparentado con Las Bodas de Fígaro, aunque su orquestación no sea tan rica. La obra comienza tranquilamente, con el primer tema maravillosamente expresivo y confiado. El segundo movimiento es cálido, confortable, pero posee al tiempo una transparencia y una frescura inigualables. Su diseño descendente abre abismos insospechados que acercan a los misterios de los personajes de Bodas o Cosi. En el segundo movimiento, un Adagio, Mozart emplea una tonalidad extraña, fa sostenido menor. Es una siciliana, una forlane lenta, soñadora. La frase principal del piano, que abre el segmento, es de gran simplicidad y toca directamente el corazón; sobre todo cuando, enriquecida, es expuesta a continuación por la orquesta.
Y después del intermedio, la orquesta acompañará al ucraniano en el Concierto para Piano No.21 en Do Mayor K.467, que tiene la misma instrumentación que el 20, aunque su signo es distinto: frente a la oscuridad trágica de éste, el nuevo concierto propone un homenaje tranquilizador, en el que la luz se hace a partir de la penumbra no sin dificultades, en una lograda búsqueda a través de un iridiscente proceso armónico en el que se alcanza la total amplitud de la brillante tonalidad de do mayor.
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