Muestran imágenes obtenidas por la cámara introducida en un tercer orificio, perforado en la montaña donde se encuentra la mina, indicios de que los seis trabajadores, si sobrevivieron a la explosión inicial, encontraron aire respirable. (AP)
Las imágenes de una videocámara introducida a la mina de carbón -donde seis hombres, incluidos tres mexicanos, quedaron atrapados hace 10 días- mostraron indicios de que los trabajadores, si sobrevivieron a la explosión inicial, encontraron aire respirable, dijo el copropietario del establecimiento.
Las autoridades encargadas del rescate revisaban las escenas de un túnel sin daños y de una cortina de ventilación que separa el aire que ingresa y sale de la mina. Las imágenes son las primeras obtenidas por la cámara que fue introducida por el tercer orificio perforado en la montaña donde se encuentra la mina.
Si los mineros atravesaron la cortina de ventilación, podrían estar en una cavidad con aire limpio, dijo el copropietario de la mina Bob Murray la noche del miércoles.
“No había ningún daño. El techo está intacto; ningún puntal ha caído. Los pisos están en su lugar, parece que están como cuando los pusimos”, indicó.
“Si los hombres ingresaron allá, podrían estar vivos”, consideró. Murray señaló que la videocámara no mostró indicios de los mineros.
En la mañana del miércoles, los instrumentos que registran las vibraciones en la montaña detectaron algunos sonidos que avivaron las esperanzas de que los mineros podrían estar con vida, dijeron autoridades.
Los sonidos detectados por dos sensores podrían ser el movimiento de rocas subterráneas o incluso de un animal, indicó Richard Stickler, jefe de la Administración de Salud y Seguridad en las Minas, del Gobierno Federal.
Sin embargo, aunque se desconoce con precisión la naturaleza de los sonidos, Stickler dijo que “habían creado un poco de esperanza y optimismo” entre las familias de los mineros atrapados.
REALIZAN CUARTA PERFORACIÓN
Equipos de rescate iniciaron ayer la perforación de un cuarto ducto sobre la montaña donde se ubica la mina Crandall Canyon, en Utah, con la esperanza de establecer contacto con los seis mineros atrapados.
El nuevo ducto se ubicará en la zona donde la víspera se registraron sonidos que han avivado las esperanzas de que los seis hombres pudieran estar aún con vida.
Richard Stickler, jefe de la Administración Federal de Seguridad y Salud en Minas, dijo que en además de la nueva perforación, los trabajos para remover los escombros en el túnel principal continúan.
“Hemos podido avanzar 252 metros, pero el trabajo continúa siendo lento”, dijo el funcionario en conferencia de prensa. Dio a conocer además que el análisis sobre la calidad del aire en la cavidad alcanzada por el tercer ducto mostró que existe 16.8 por ciento de oxígeno.
Bob Murray, presidente de la compañía que la administra la mina, dijo que el balance arrojado por los últimos acontecimientos era mixto, con buenas y malas noticias.
“En el lado de las malas noticias, no hemos podido rescatar a nuestros mineros y los trabajos avanzan decepcionantemente lentos”, dijo.
Murray indicó que las imágenes reveladas por la cámara hecha descender a segunda cavidad, que mostraron un amplio espacio y el que el techo se mantenía intacto “eran buenas noticias”.
UTAH, ESTADOS UNIDOS
‘Hoy, sólo quedamos los mexicanos’
A sus 101 años, Juan Escandón ha visto morir a muchos en los derrumbes de minas, pulverizados o abandonados a su suerte en la negrura de los socavones. Desde que emigró de su natal Zacatecas, su historia se entrevera con las luchas de los mineros en Utah, donde marchó con inmigrantes mexicanos, irlandeses, chinos, griegos, polacos, japoneses y finlandeses para tratar de poner fin a un régimen de explotación y semiesclavitud.
“Cuando moría un minero, los patrones sacaban su cuerpo y lo reemplazaban inmediatamente. No se tentaban el corazón y no se hacían responsables de nada. Fueron años muy duros para los mineros que llegábamos de distintas partes del mundo para tratar de forjarnos un mejor futuro en Estados Unidos”.
“Hoy, sólo quedamos los mexicanos y los americanos trabajando en unas minas de carbón que siempre se han cobrado cientos de vidas”.
Juan Escandón forma parte del éxodo mexicano que, durante generaciones, se ha asentado en el medio oeste de Estados Unidos.
“En aquel entonces, la Revolución Mexicana provocó que miles de mexicanos nos viniéramos a Estados Unidos. En mi caso, mi madre no quería que el Ejército me reclutara. Mi padre había muerto en las minas de plata de Sombrerete, Zacatecas. Yo sólo tenía 16 años y un tío mío que tenía en El Paso, Texas, aceptó recibirme. Ahí conocí a otros mexicanos y juntos, decidimos venirnos a Utah a trabajar en las minas.
“Antes, los mineros ganábamos cinco dólares por jornada. Hoy, los mineros cobran entre 25 y 27 dólares la hora. La seguridad en las minas y los salarios todavía dejan mucho que desear y donde, a pesar de ello, siguen trabajando y muriendo mineros”.
Según cálculos de la Universidad de Utah y de organizaciones sindicales, los inmigrantes latinos conforman hoy poco más de 15% de la fuerza de trabajo en las minas de carbón en los condados de Emery y Carmona, en el centro de Utah.