El presidente del Perú, Alan García (der.), habla hoy, 20 de agosto de 2007, con los medios de comunicación durante su visita a Pisco, tras el terremoto que afectó la costa de Perú. (EFE)
El gobierno peruano, después de dar por concluída la posibilidad de encontrar sobrevivientes, comenzó hoy la tarea de despejar los escombros de las localidades devastadas por el terremoto e iniciar la reconstrucción con la tranquilidad que los cadáveres que puedan permanecer enterrados no provocarán epidemias.
La Oficina Panamericana de la Salud emitió hoy una declaración en la que precisa, ante la divulgación de rumores, que "las epidemias no ocurren espontáneamente después de un desastre y los cadáveres no conducen a brotes de enfermedades".
El comunicado agregó que "las epidemias se pueden producir por otros factores como el consumo de agua y alimentos contaminados, el fecalismo al aire libre, entre otros".
García dijo que regresaría a Pisco con el jefe de Defensa Civil "para comenzar el trabajo de limpieza con máquinas que varias empresas constructoras nos han enviado" . Anteriormente, visitó el centro de recolección de ayuda en el Estadio Nacional.
El mandatario regresó a Lima para lanzar la reconstrucción y proponer un organismo autónomo a cargo. García y sus ministros se han desplegado por las zonas afectadas.
En la madrugada de hoy se registró un nuevo temblor, continuando la serie de réplicas desde el terremoto. El Instituto Geofísico del Perú informó que el temblor de 4 grados se registró a las 04,55 horas (09,55 GMT) a 30 kilómetros al noroeste de Ilo, a unos 300 kilómetros al sur del epicentro del terremoto de 7.9 grados.
García manifestó que con la campaña de despeje de escombros se inicia una nueva etapa en la tragedia que ha afectado a este país por el terremoto que provocó más de 500 muertos y dejó unos 90 mil damnificados.
Pisco es la ciudad más destruida. Se estima que un 90 por ciento resultó dañada y la campaña del gobierno se propone remover los escombros para luego comenzar la reconstrucción. En esa ciudad el hotel Embassy se estima podría tener sepultados entre sus escombros unos 20 cadáveres.
También el despeje comprenderá las localidades de Chincha e Ica, que resultaron seriamente devastadas. Las máquinas topadoras ya comenzaron las labores de remoción y demolición de las estructuras que no alcanzaron a caer. Entre los lugares que son removidos de escombros se encuentra la iglesia San Clemente de Pisco, donde cientos de fieles fueron aplastados por los muros de adobe.
Mientras tanto, más de 20 mil personas se encuentran en albergues instalados por el gobierno.
García informó que propondrá la creación de un organismo autónomo encargado de dirigir y coordinar la reconstrucción. Señaló que se formarán grupos en las ciudades afectadas integrados por jóvenes y mujeres para colaborar en la reconstrucción de modo que con "los pequeños salarios" que perciban contribuyan a la normalidad de la actividad económica en la región.
Cada persona será contratada por un mes con posibilidades de extenderlo por otro y percibirá unos 130 dólares durante ese periodo, según dijo la ministra del Trabajo, Susana Pinilla. Para financiar esos gastos el gobierno dijo que recurrirá a recursos propios y descartó el aumento de impuestos.
El gobierno también busca organizar la distribución de la cuantiosa ayuda recibida, tanto del extranjero como interna. Hasta el momento, se han contabilizado casi 34 mil familias damnificadas y las viviendas destruidas suman una cantidad similar.
García señaló que se han recolectado nueve mil toneladas de ayuda, un puente aéreo y marítimo traslada la ayuda, mientras aviones de los países que enviaron sus aportes llegaron directamente a una base militar en Pisco. También mediante el puente aéreo casi medio millar de heridos fue trasladado a hospitales limeños.
Entre los aportes recolectados y enviados a la zona más devastadas se encuentra un millón de litros de agua porque el sismo destruyó los servicios básicos, que hasta ahora sólo se han repuesto parcialmente. En Pisco se prevé que sólo dentro de 20 días se repondrá el alumbrado público.
El corte de carreteras y la niebla en la serranía ha impedido, según admitió García, la llegada oportuna de ayuda a algunos lugares, aunque dijo que se cuenta con siete helicópteros para trasladar los aportes a los damnificados. Reitero que "nadie se morirá de sed ni de enfermedad".
